IV

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Eran las 8 a.m. había dejado a yuzu con Ume, yo decidí salir un momento para darme una ducha en mi departamento.

Aún no proceso todo lo que está pasando, después pasaría a ver cómo sigue Marilia y que me cuente qué es lo que sucedió.

Estaba manejando, cuando decidí poner la canción de Firework de Katy Perry una de las favoritas de yuzu, siempre decía que la  motivaba. Ya no tengo lágrimas para llorar, además que de seguro yuzu se molestaría si se entera que estuve  llorando.

Al llegar al departamento, encontré a Himeko ahí esperando en la entrada con una sonrisa.

— Buenos días, no sabía que me estabas esperando.

— Llegué hace poco iba a llamarte pero ya estabas en camino.

— Decidí darme una ducha, luego voy a visitar a Marilia, Karla me llamo ayer por la noche diciendo que estaba con ella.

— Quieres que te prepare el desayuno?

— No quiero incomodarte además que voy con prisa.

— Mei, no quiero que te descuides, tu te duchas y yo te preparo un desayuno rápido, luego vamos ambas a visitar a Marilia te parece bien.

— Gracias me hace bien la compañía de una buena amiga.

Himeko conocía muy bien el departamento de Mei pues había estado ahí muchas veces, pero dejo de hacerlo desde que yuzu se mudo con la pelinegra.

Decidió preparar algo sencillo, un jugo de naranja con unos Hot cakes de avena.

Mientras en un lado del departamento estaba Himeko cocinando por otro lado tenemos a Mei en la ducha, con los ojos cerrados mientras el agua fría cae por su cuerpo, ella en el fondo sabía que si pensaba mucho en yuzu terminaría mal y no podría ayudar a dar con el culpable, así que debe mantenerse serena.

Salió de la ducha se cambió rápido, fue directo a la cocina, agradeció a su amiga por la comida, comenzó a desayunar mientras intercambiaba algunas palabras con su amiga.

— Mei come despacio, nadie te apura.

— Lo siento, pero ya acabe nos vamos.

Las dos salieron, subieron al vehículo y ya se encontraban rumbo al hospital.

— Oye Mei, cómo sigue yuzu?

— Pues ella esta luchando, pero saldrá de esta estoy segura.

— Estas siendo muy optimista.

— A qué viene eso? Es mi prometida tengo que mantener la esperanza.

— OK, y hallaron al sospechoso.

— No, la oficial Ríos no me ha dicho nada, pero yo no he podido dormir muy bien pensando en como se dieron los hechos, es que es tan raro, en la entrada de la Academia hay cámaras de vigilancia que pudieron haber captado el momento en que ingreso, pero no hay nada además tiene que ser alguien que conozca muy bien la Academia para ver huido tan rápido sin que ninguna alumna la viera.

— Mei prométeme que no te la darás de detective, deja a la policía encargase de ello, no te metas en problemas.

— Estaré bien, es que esto es extraño, por eso voy donde Marilia quiero que me  cuente su versión, quizás y pueda ayudar a los oficiales con esto y dar con el maldito que le hizo eso a mi mujer.

— Pues llegamos, te recomiendo que charles tranquila con Marilia, puede que aún no haya superado lo que pasó, no queremos incomodar a una alumna.

HASTA EL FINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora