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Un pequeño pelinegro corría con todas sus fuerzas en dirección al hogar de su mejor amigo, empujando y esquivando a las personas y los animales de carga.

Estaba emocionado, hoy era día de historias, la matriarca salía al centro del pueblo a contar las más emocionantes y hermosas historias, justamente todas y cada una de ellas habían sucedido en esas mismas tierras.

Eso era lo emocionante, que todo era real y él un descendiente de la aldea dragón, alguien leal y varonil criado para proteger y servir había quedado más que encantado la primera vez que la escuchó.

Su mejor amigo Bakugo Katsuki también iba al centro del pueblo, cada fecha, sin falta y sin tardanza pero esta vez no lo había visto por ningún lado, la mujer de cabellos blancos que adornando su cabeza había una corona de flores y un hermoso kimono ya había saludado a la gran mayoría de niños que llegaron desde sus aldeas, dos servidores cargaban entre sus manos pieles que contenían algunos dibujos de la que se relataría la historia.

Sin perder más tiempo decidió ir a buscarlo y ahora se encontraba presenciando una pelea entre el cabello de su mejor amigo y la madre de este.

-AHH... ¡DUELE!

-DEBISTE PENSAR ESO MOCOSO, ANTES DE METERTE DONDE NO DEBES-La mujer ceniza jaloneaba con un cepillo artesanal los cabellos del más pequeño, quien refunfuñaba en cada jalon.

Después de lograr desenredar ese puntiagudo cabello cenizo, ambos pequeños salieron a prisa al centro, la historia ya había iniciado pero aún así se acomodaron lo más cerca de la mujer para poder escucharla mejor.

-Después de escuchar la historia decidí ir a buscarlo por mi cuenta, era una niña cuando fui a explorar el bosque en busca de la tan aclamada cueva de cristal...Cuando logre encontrarla ví como está estaba cerrada con unas grandes puertas de madera, no podía abrirlas eran muy grandes, así que decidí escuchar, apoye mi oído derecho contra la puerta pero no había sonido alguno...nada...me sentí decepcionada por eso y cuando estaba apuntó de separarme de la puerta notando que el sol comenzaba a esconderse escuche un grito, me asuste demasiado y quería irme pero me quede escuchando otro poco, era claro que alguien lloraba y gritaba desde adentro parecía querer salir. -La mujer bajo su mirada-Volví a mi casa diciéndole a mi madre que alguien necesitaba ayuda, que su historia era real así que volvimos al pueblo pero yo era tan pequeña que no recordé como volver a llegar.

Algunos suspiraron tristes, otros molestos pero ambos niños que apenas habían llegado no entendían nada.

-¿Y-y nadie a vuelto a escuchar de ella?

-Oh claro que si, muchos han logrado llegar, dicen haber escuchado desde afuera porque las puertas son imposibles de abrir.

-¿Como era la mujer?

- La más hermosa de todas, tenía un color de cabello muy extravagante, todos caían rendidos cuando sonreía, sus ojos también eran hermosos...Dicen que sus ojos se comparaban a las Esmeraldas, nadie la logró conquistar, ningún hombre, incluso el jefe del lugar le ofreció ser su esposa pero está nunca aceptó.

Los niños nuevamente fascinados comenzaron a volver a sus hogares excepto por el pelinegro y el cenizo, quienes no comprendieron nada y se sentían desilusionados, todos hablarían de eso mañana y ellos no entenderían.

Ambos fueron de vuelta a la casa del cenizo, quien frunciendo el ceño lloró en los brazos de su madre, la mujer le sirvió algo de comida al pequeño pelinegro mientras consolaba a su hijo.

-¿Dime que sucedió, no te gusto la historia? -el cenizo negó con su cabeza y seco sus lágrimas con sus brazos.

-Llegamos tarde

La Dama De CristalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora