➸ 𝑺𝒆𝒊𝒔

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Marceline Abadeer:
Habían pasado dos días desde la última vez qué me encontré con la chica rosada, ayer tuve él día libre pero decidí quedarme cercas y no ir a aquel bosque, quería qué ella se sintiera mal por a ver abusado de mí bondad. Así qué me concentre en afinar mi bajo, faltaba un par de horas antes de qué inicié el concierto. Una vez qué terminé de afinarlo lo puse detrás de mí espalda, saqué un cigarrillo de mí bolsillo y mientras lo encendía escuché voces qué sé acercaban a mí. Señorita Abadeer está chica dice qué la conoce y qué quiere hablar con usted. ¿Quiere qué la eché de aquí? -Preguntó Frank mi guardaespaldas y al lado de él la chica rosada, él le puso una manó en su hombro para impedir qué se acercará. Ya te dije qué nos conocemos -Respondió ella. Ciertamente me sorprendió verla y se sintió bien qué viniera por mí. Está bien Frank, déjala. De hecho si nos conocemos -Respondí mientras le daba una calada a mí cigarro, él asintió y se marchó dejándonos solas, ella se acercó a mí, solté aquel humo por mí boca y dejé él cigarro entré mis labios. ¿Y a qué debo él honor de tú visita señorita descortés? ¿Me vas a ofrecer otro trató qué no vas a cumplir? -Bromeé mientras jugaba con mí encendedor y ella me fulminó con la mirada. Admito qué eres muy buena Marceline Abadeer, nadie jamás me ha dejó sin argumentos -Se comenzó a acercar más a mí, me miraba intensamente, retrocedí hasta chocar con un árbol, sentí sus manos en mis hombros. Pero dos podemos jugar esté juego -Me susurró en mí oído, se me erizó la piel al sentir su cálido aire y casi suelto un gemido. Me quitó mí cigarro y se lo llevó a la boda de una manera muy sensual, le dió una calada y luego soltó él humo. Bonnibel Bubblegum, ese es mí nombre -Me sonrió, dejando un mechón de cabello detrás de mí oreja y la observé irse. Fue mucho mejor de lo qué esperaba, está chica ya me está volviendo loca.

Una chica cómo ella es lo qué yo necesito. NO. Más bien Bonnibel Bubblegum es lo que necesitó, esa chica es capaz de sacarme de mis casillas pero al mismo tiempo enloquecerme. Al final de esté jueguito ella será mía me prometí a mí misma mientras la observaba dé lejos.

𝗖𝗮𝗿𝘁𝗮𝘀 𝗮 𝗠𝗮𝗿𝗰𝗲𝗹𝗶𝗻𝗲 [𝗕𝘂𝗯𝗯𝗹𝗶𝗻𝗲]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora