Capitulo 3: Nos vemos de nuevo, parte 3.

44 9 7
                                    

-¿Así que tienes planes para esta noche, eh? ¿No crees que es muy imprudente el dejar a tu rival solo y abandonado en tu dichosa morada?

-Si sabes lo que te conviene, no harás ruido ni dejarás que te vean, de lo contrario terminarás como un arnero. ¡Así que calla!

De reojo vi que tomaba unas cajas de madera y las apilaban una sobre otra, hasta que tomó forma de cama. Le ofrecí unas mantas para que no le fuera tan difícil pasar la noche.

-¿Siquiera sabe cual es tu color favorito? - alzó sus ojos brillosos hacia mí. Su cabello castaño y lacio le daba un toque atractivo.

-Lo dices como si tu lo supieras... Además, ¿en que te perjudica el hecho de que vaya con el? - mi voz se escuchó un tanto hostil y mis movimientos estaban cada vez más tensos. ¿Por qué estaba ayudando al enemigo? -. Ni siquiera me conoces...

-Tengo el resto de mi vida para conocerte... - me miró y después desvió la mirada -. Por lo menos aprendí algo de ti hoy. - Se recostó sobre las cajas, fingiendo comodidad y alzando sus manos detrás de su cabeza añadió -. No tiemblas al presionar el gatillo, pero te pones nerviosa cuando haces demasiado contacto visual.

-Espera... ¿Cómo sabes...? - Algo hizo click en mi cabeza al recordar los deberes pendientes -. ¡Lo olvidé por completo!

-¿Olvidaste que?

Dejé todo sobre la mesa. Y conforme me iba adentrando hacia el centro de mi organización, me acercaba cada vez más hacia la inquietud sobre si esto sería una buena idea o no... Obviamente inspeccione si poseía algún arma escondida, además de quitar lo que podría usarse como una en aquel "dormitorio" que ahora era suyo por un tiempo indefinido.

Busqué la bebida y encontré al doctor.

-¿Por qué tardaste tanto tiempo? - preguntó mi hermano indignado -. Ya nos atendió un doctor que estaba cerca y el suero estaba junto a mi camilla...

-¡Oh! No lo había notado. Me disculpo... - Hice una leve pausa, analizando si debía contarle sobre la invitación que me había propuesto el teniente o si debería guardarlo para mí.

-Vino el teniente, no mucho después de que tú te habías ido... Me pidió permiso para invitarte a cenar. - Dijo mi hermano finalmente.

-¿Y? ¿Qué le respondiste?

-Mmm... - Se acomodó sobre la camilla -. Bueno, sabes lo que pienso sobre él. No me agrada en lo absoluto. Pero es tu vida y sabes cómo manejarla. No te diré cómo actuar o qué decir, pero sí te diré cuando algo no me gusta, y él es una de esas cosas que detesto con el simple hecho de mirarlo. - Su voz no daba paso a equivocaciones. Soltaba todo como una bala y su impacto era igual de hiriente.

Mi hermano no es muy transparente con lo que piensa, es por eso que me impresiona que me lo diga.

-Imagino que no estarás de acuerdo con que vaya.

-Solo recuerda que... a veces, las personas solo buscamos a alguien para matar los ratos de soledad.

Me dirigió una de esas miradas que los hermanos mayores les dedican a sus menores cuando saben de lo que hablan. Y siendo sincera, provocó en mí, un pequeño impacto de temor, que después se convertiría en desinterés.

-Bien, pues... Creo que es hora de irme. Espero que te recuperes pronto, hermano. Nos vemos mañana.

-De acuerdo. Debes descansar, y piensa en lo que te dije. - Extiende su brazo sin vendaje en dirección hacia mi para darme un abrazo -. Te quiero mucho.

-Yo también te tengo aprecio.

Al darme la vuelta. Tomé la decisión final, y esta iba en contra de lo que me permite mi hermano. No podía pasar esta oportunidad, pues podría entrevistar personalmente a una de las voces que escuché en el día de mi rapto...

Detrás de todo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora