❝ Come back to me ❞ || Nayeon y tú

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Una fría noche de nevada la había agarrado camino a casa. Por suerte ya estaba cerca, así que llegó a tiempo.

— Sí, mamá este fin de semana iré a visitarlos. —comentaba mientras preparaba un poco de chocolate caliente— ¿Novia? No, aún no. Sabes que no tengo tiempo. —se sentó en su sofá— Ups, se corta la señal, no te escucho, mamá- —y cortó.

Shin T/n era una adicta al trabajo desde hace un año. No tenía tiempo para ver a sus familiares ni a sus amigos. Prefería refugiarse en lo que sabía hacer.

— Una novia, eh... —suspiró al recordar a cierta chica a la que aún seguía amando.

A pesar de que ya se había casado.

De repente escuchó el timbre de su departamento. Frunció el ceño y se acercó. No esperaba a nadie y menos con toda esa nieve.

— ¿Qué dese- —al abrir se sorprendió por verla— ¿Nayeon?

La ahora rubia se encontraba temblando de frío. No tenía ni un abrigo y parecía estar lastimada.

— Pero, qué- Pasa rápido. —T/n la tomo de la mano para adentrarla hacia su sala.

Im Nayeon era su preciada amiga de la infancia. Con quién compartió muchos momentos y etapas importantes de su vida.
Pero al mismo tiempo, aquella castaña era su ex novia. Quién se había casado hace un año y a la que aún amaba.

— Aquí tienes. —T/n le entregó unas mantas y una taza de chocolate caliente.

— Gracias... —murmuró mientras tomaba de sorbo en sorbo.

T/n se sentó frente suyo y la observó. ¿Qué hacía Nayeon en su departamento?

No la había visto desde el día de su boda. Es más, había evitado estar involucrada en alguna reunión o salida donde ella se encontrara.

Pero ahora mismo se encontraba frente suyo tan frágil y vulnerable.

— Nayeon...

— Perdona que venga así... —murmuró— Pero no tenía a nadie. Solo apareciste en mi mente y vine a este lugar. Al único lugar donde me siento tan segura.

Shin no sabía que decir. Esas palabras le traían tanta nostalgia.

— Sabes que este siempre será tu hogar. —era sincera.

— Gracias... —volvió a tomar el chocolate.

T/n notó algunas heridas en las manos de Nayeon. Así que se paró en busca del botiquín.

Nayeon se mantenía cabizbaja y perdida en sus pensamientos.

— Aquí. —T/n se sentó a su lado y extendió su mano.

La coreana captó lo que quería decir y le enseño ambas manos para que T/n pueda empezar a desinfectar.

— Fue un accidente. —murmuró Nayeon— Estaba corriendo y me caí. Por eso mis manos están raspadas.

— Tan grave fue que hasta tus pantalones se
rasgaron. —comentó T/n mientras curaba las heridas.

Nayeon estaba avergonzada aunque sentía esa calidez que siempre le brindaba T/n. Era como regresar al pasado donde la única preocupación que tenían era la de encontrar un lugar donde vivir juntas.

Pero sus sueños e ilusiones como pareja nunca se llegaron a cumplir. No después de T/n fuera de viaje al extranjero durante dos años y al regreso solo pudo estar presente en la boda de la que se suponía que era su novia.

— Listo. —T/n la saco de sus pensamientos.

— Gracias, T/n-ah.

La nombrada asintió y se fue hacia otra habitación.

Twice Oneshot'sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora