❝ I'm not her ❞ || Mina y tú

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Kim T/n era una coreana-japonesa a la que le gustaba recorrer el mundo. La mayor parte de su adolescencia se la pasó de país en país en busca de nuevas aventuras. Era hija única, por ello sus padres siempre financiaban cada uno de viajes. A pesar de la distancia, el amor de ellos nunca fue inquebrantable.

Sin embargo, el día de su cumpleaños número 22, sus padres fallecieron cuando llegaban a Japón para celebrarlo con ella. Un accidente automovilístico acabó con la vida de sus progenitores.

Tan grande fue el shock que recibió por la noticia, que estuvo encerrada por 6 meses en el departamento que sus padres habían rentado por su estadía.

Su única amiga y compañera de viajes, Sana, había tratado de ayudarla pero todo era en vano. La pérdida de su familia era algo que T/n nunca se lo perdonaría.

Kim se lamentaba profundamente el no pasar tanto tiempo al lado de ellos. Si tan solo ella hubiera regresado a Corea en lugar de que ellos viajaran a verla, nada de eso hubiera ocurrido.

El tiempo pasó tan rápido que luego de esos 6 meses, Sana decidió intervenir abruptamente y llevar a T/n con un psicólogo.

Fue casi un año de terapia. Pero resultó efectivo.
Poco a poco, T/n iba superando la muerte de sus padres.

Sin embargo, las preocupaciones vinieron después. Cuando fue notificada que todos los bienes de su familia habían sido confiscados por las múltiples deudas acumuladas.

T/n, con ayuda de Sana, aprendería a sobrevivir sin el apoyo de nadie. Obtendría sus beneficios a raíz de su esfuerzo.

Y así fue como llegaron a pasar 3 años.

[...]

— ¿Tan poco? —T/n hizo una mueca al ver su pago.

— Es tu parte. —su jefe enarcó una ceja— No creas que no sé que recibes propinas.

— Pero eso es adicional a mis servicios. —frunció el ceño.

— Con todas esas propinas que te dan es más que suficiente para completar tu pago. —se encogió de hombros— ¿O tal vez ya te cansaste de trabajar aquí? —dijo burlón.

T/n apretó su mandíbula y negó.

— Gracias... —murmuró entre dientes.

— Bien. Mañana los quiero temprano. O se les descontara el día. —soltó su jefe antes de irse.

T/n suspiró y guardó el dinero. Al menos le alcanzaba para cubrir los gastos de la semana.

— No te sientas mal. —Sana le entregó su chaqueta— Esta noche yo invito la cena, ¿si? —sonrió.

— Te tomaré la palabra. La verdad es que estoy cansada de comer ramen instantáneo todos los días. —suspiró.

Sana rió levemente y asintió.
Ya estaban listas para irse pero uno de los chicos se interpuso en su camino.

— Iremos por unos tragos al bar de Taeyong. Vendrán, ¿verdad?

T/n rodó los ojos y tomó la mano de Sana.

— Tenemos cosas que hacer, Seyun.

— Oh, ¿pero quién estaba invitando a la pobre parqueadera? —soltó burlón— Yo solo le decía a Sana.

— Tú-

— Déjalo, T/n. Gente como él solo busca pelea. —Sana la detuvo— Y tú. Ya te dije que no tengo interés en ti. —señaló hacia el chico.

— Conmigo la pasarás mejor que con ésta. Yo te trataré como la reina que eres. —quiso apegarse a ella pero T/n se interpuso.

— Ni se te ocurra, Seyun.

Twice Oneshot'sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora