❝ Yes, I accept ❞ || Sana y tú

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Una coreana pelinegra llegaba a cierto bar para ahogar sus penas.
Era temprano y se supone que debería estar con su familia y amigos celebrando la boda de su hermano mayor.

Pero no quería. No lo soportaba.

No podía ver a la chica que tanto amó, casarse con su hermano mayor.

De hecho, apenas se dieron el famoso "sí" no le importó nada y se retiró de la iglesia donde se estaban casando.

Su peinado estaba desordenado y aún traía su vestido de fiesta. Pero nada le importaba.
Solo quería olvidarse de Dahyun.

- Dame un mojito. -pidió a la mesera.

La chica asintió y le ofreció una reverencia para seguir su camino.

Solo se había ido un año fuera de Corea para cumplir con su deber como hija de los Jung. Jamás esperó que su novia, con la que tenía 4 años de relación, se hubiera comprometido con su propio hermano.

Aunque era más que obvio que ella no sabía que era su hermano.
Solo la reconoció cuando Jaesuk, su hermano, la presentó en una cena familiar.

Discutieron en privado. T/n le suplicaba volver con ella y huir juntas. Pero Dahyun seguía firme en concretar el matrimonio.
A pesar de que sabía que su pequeña novia no lo miraba a él como cuando estaba con T/n.

Tenía la pequeña esperanza de fugarse con Dahyun el día de la boda. Pero eso no se pudo.

Dahyun estaba tan hermosa vestida de blanco. Quería que fuera su futura esposa. Pero ella no se lo permitió.
La rechazo por última vez y se retiró a la iglesia.

- Soy una idiota... -susurró mientras veía un par de boletos para la isla de Jeju.

Planeaba huir con Dahyun hacia allá por unos días para casarse a escondidas y luego irse al extranjero. Pero ya no era posible.

- Aquí tiene. -la mesera le trajo su pedido junto a otra bebida.

- Yo no pedí una margarita. -frunció el ceño.

- ¿Ve a esa chica de la barra? -señaló hacia dicho lugar.

Había una chica rubia que también traía un vestido de fiesta y pudo notar que sus ojos estaban hinchados. Aunque le estaba sonriendo ligeramente.
Pero a pesar de ello, era muy linda. Sus mejillas regordetas y pequeña sonrisa le hacían recordar a una ardilla.

- ¿Qué ocurre con ella?

- Es un regalo por parte de ella. Y me preguntó si puede unirse a usted ya que desea alguien con quien beber. -sonrió apenada.

T/n no lo pensó dos veces y asintió antes de tomarse toda su copa.

- Trae algo más fuerte.

La mesera asintió y se retiró para avisarle a la linda rubia.

T/n veía como se acercaba a ella mientras se quitaba su abrigo.

- ¿Mal de amores? -preguntó la rubia apenas se sentó.

- Exactamente. Y por lo que veo tú también.

La contraria asintió con una pequeña sonrisa.

- Hoy se casó el chico que me gustaba.

- Wow. Ya somos dos, entonces. -de un sorbo se acabó su mojito- Aunque en mi caso fue mi novia con mi hermano.

- Ouch. Eso duele más.

- Lo sé y por eso me fui antes de que salieran de la iglesia.

- Minatozaki Sana. -la rubia se presentó estirando su mano.

Twice Oneshot'sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora