Me acerque a mi salón lentamente esperando con encontrarme con Lee y Ela (los nombres que me había dado Amy el día anterior) y al entrar en el espacio note a un "individuo masculino" (como Amy los llama).
Me acerque a el y le dije con delicadeza:
- Oye ente, muévete, este es mi espacio.
Al oír mis palabras, me miro y de inmediato lo supe... Era Eiden, el "hombre" del cuarto rojo, pero se veía mucho más joven y algo... ¿Cómo se dice esa expresión? Ah si, "atractivo". El seguía mirándome como si no me conociera, yo sólo camine hacia otro asiento y espere a que la clase terminara. Luego, me levanté y trate de salir del salón lo más pronto posible pero el me detuvo.
- Oye espera, ¿Quien eres? - me dijo suavemente.
- Eso no lo puede saber nadie, ni siquiera tu reflejo.
- ¿De qué hablas? Me llamo Eidan, ¿tu como te llamas? - me miraba como si no entendiera.
- Ese es sólo tu nombre - dije fusilándolo con la mirada.
Me voltee y seguí caminando pero pude alcanzar a oír estas palabras:
- Es el nombre que tu me diste.
*****************
- Amy, ¿donde estas? Necesito hablarte. - le decía repetidas veces a mi reflejo.
- ¿Que pasa, Anónima?
- Me he encontrado a Eidan hoy. - dije nerviosa.
- Lo se Anónima, casi todo lo que te pasas a ti, me pasa a mi también. - dijo con tranquilidad, demasiada tranquilidad.
- Me ha dicho algo extraño.
- Anónima, ya olvídalo, tenemos cosas más importantes en que pensar, digamos que hablar con tu reflejo no va del todo con las reglas del universo.
- ¿Y qué haremos para repararlo? - pregunte desesperada.
- No puedo decírtelo, si te lo digo, una grieta tiempo-espacio se abriría y todo desaparecería- dijo ella.
- Arg, esta bien - gruñí.
- Anónima, ¿que piensas en este instante? - pregunto.
- En mi destino - dije mirando la ventana.
- curiosamente, yo no pienso en eso, yo no creo en el destino. ¿No te parece impresionante que técnicamente nos pase lo mismo, nos movamos al mismo tiempo, y seamos exactamente iguales físicamente pero... No pensamos igual?- pregunto.
- Si... Aún no lo asimilo - dije con asombro (ya que es la primera vez que la veo fascinada por algo) y bastante cansancio, mirar a la nada siempre me da sueño.
- ¿Sabes? Siempre he pensado que el destino no existe. Nacemos y morimos. No hay más destino que predecir, no importa lo que hagas, siempre terminaremos igual. Así ha sido durante millones de años. Es como si alguien estuviera haciendo un experimento que siempre sale mal, una y otra vez.
- Quizás la muerte sea lo más vivo que hay en este mundo. - dije mientras cerraba mis ojos y me recostaba lentamente en mi cama.
ESTÁS LEYENDO
Reflecting Stars
Acak"Cada estrella es un espejo reflejando la verdad dentro de ti." Pero nunca comprendemos, que no hay verdad dentro de nosotros. ¿Eso las convierte en dioses? O quizás en mentiras...