11 - Nuestro hogar

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Los días para Robby habían mejorado un poco, se sacó de encima a Shawn y sus amigos, y ahora tenía un poco de paz.

Pero de nada servía la paz cuando todo lo que hacía era extrañar a cierta pelirrubia. Robby contaba los días para poder salir y arreglar las cosas con aquella chica que se había vuelto tan importante para él.

Por su lado, Tory aún recordaba las palabras que el chico de ojos verdes le había dicho. Todo el mundo la criticaba por ser como era y a ella nunca le importó. Recientemente, se había topado a Miguel en su trabajo, la trató de loca y ni siquiera eso le dolió tanto.

Nunca le importó, hasta que fue Robby el que hizo aquellos comentarios.

Lo extrañaba.

Y se odiaba por hacerlo.

...

El día había llegado.

Robby Keene volvía a ser libre.

El chico tenía una pequeña lista de personas a las que debía visitar.

Sam, Kreese y Tory.

Pero primero debía ir a llenar los formularios de libertad condicional.

Por supuesto, Daniel LaRusso y su padre tenían que estar esperándolo, y más encima discutiendo.

Robby ya estaba cansado de aquella mierda, prefirió dejarles en claro que no los quería cerca y continuar su camino.

El chico no esperó encontrarse con Tory en el edificio al que debía ir. Pero debió suponerlo, pues ella también estaba con libertad condicional.

La pelirrubia se detuvo por la sorpresa, y Robby pudo ver el dolor que sus bellos ojos color avellana mostraban.

Ella iba a continuar su camino. Pero el chico habló, haciéndola retroceder y mirarlo a los ojos. "Tenías razón."

Ella no dijo nada.

"Tu sensei me convenció de usar Cobra Kai, y logré quitarme a esos idiotas de encima. Golpeé primero y gané." Le explicó él, intentando formular una buena disculpa en su mente.

"Me alegra ver que por lo menos no estés muerto." Tory estaba dispuesta a irse nuevamente.

"Lo siento." Ella volvió a mirarlo. Esta vez luchando por contener las lágrimas.

La había lastimado, y mucho.

"No quise hacerte sentir mal sobre quien eres. Me encanta como eres, y no deberías cambiar por nadie." Ella seguía sin decir siquiera una palabra. "Fui un mal agradecido al apartarte después de todo lo que has hecho por mí, Tory. Supongo que en el fondo esperaba que todo lo que me había enseñado el señor LaRusso me pudiera ayudar, que él me pudiera ayudar indirectamente." El chico dio un largo suspiro, mientras Tory comenzaba a entenderlo un poco más.

"Lo vi hoy. Estaba con mi papá discutiendo fuera del reformatorio. Ni siquiera él puede mirar más allá de sus conflictos del pasado, ahí terminé de comprender que no es mi responsabilidad dar el ejemplo o mantener las enseñanzas que él me dio. Porque ni siquiera él las practica. Después de todo, Miyagi – Do es sobre el perdón y él aún sigue en esta estúpida guerra de karate con mi papá." Robby quería darle sus razones para hacer lo que hizo, para lastimarla como lo hizo.

"Ahora que has dejado ir sus enseñanzas, realmente te ha abandonado." Dijo ella, entendiendo a lo que el chico se refería.

"Sí. Pero te tengo a ti, y eso es todo lo que necesito." Después de unos segundos su rostro decayó. "Bueno, te tenía. Lamento no haberte valorado."

Love, Hate, Love // Cobra Kai Donde viven las historias. Descúbrelo ahora