18 - Todo siempre va mal en la escuela

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Aunque Robby ya no vivía con Tory, ambos se visitaban a diario. Ninguno se llamaba en las noches, ambos tenían pesadillas, pero pensaban que el otro estaba bien y no querían molestar.

Y las cosas seguían empeorando para Tory.

Su tía Kandace se había aparecido por el dojo. La mujer la había llamado bastante, pero Tory sabía lo que quería, así que la ignoró.

Allí, su acabada tía le confirmó que todo lo que quería era dinero. E incluso le dijo que cuando su madre muriera, Tory no tendría oportunidad de ganar la batalla legal por la custodia de Brandon. No con su historial.

Robby había intentado reconfortarla, pero se trataba de su familia.

Lo primero que la chica hizo fue hablar con el director de la escuela, para ver la posibilidad de volver. Pero por supuesto, no dependía de él.

Tory necesitaba ayuda.

Ayuda que Robby no podría darle.

Y entonces recordó las palabras de Amanda LaRusso.

"Nadie puede ayudarte si no los dejas. Si preguntaras te podrían sorprender."

Eso la hizo decidirse. De todas las personas, Tory debía pedirle un favor a los LaRusso.

Robby se ofreció a ir con ella, pero eso era algo que la chica tenía que hacer sola.

Una vez allá, la mujer fue bastante comprensiva. Tory estaba tan desesperada que le prometió alejarse de Sam, y finalmente, debió prometer ir a terapia.

De alguna forma, la pelirrubia debía aceptar que tal vez necesitaba hablar con alguien de todos sus problemas.

Tal vez lo haría más fácil.

La situación se volvió bastante más complicada cuando Sam y su padre se adentraron en el lugar. Amanda le prometió a Tory que lo discutirían.

La chica debió abandonar el lugar aguantando las palabras que Samantha LaRusso le decía.

Después de aquella desastrosa conversación, Tory pasó todo el resto de su tarde acostada junto a Robby, en el apartamento de este último. El chico también había tenido un encuentro con el señor LaRusso, se había metido en su mente. Robby necesitaba a Tory tanto como ella lo necesitaba a él ese día.

Ambos dormían poco, pero juntos estaban en paz.

Jamás admitirían que estaban mal.

...

Unos días después, Amanda llamó a Tory. Le dijo que Sam había aceptado que ella volviera a la escuela. La pelirrubia estaba algo aliviada, pero también preocupada.

Ya no tenía control sobre la situación, ahora tenía mucho que perder.

Y Sam se aprovechó de aquello.

Cuando Tory llegó a la escuela pudo sentir todas las miradas, e incluso algunos de los comentarios que los demás estudiantes hacían. La trataban de loca, la chica ya estaba acostumbrada.

Estaba decidida a cambiar las cosas, el primer paso era darle las gracias a LaRusso. Pero ella ni siquiera la escuchó.

En cambio, Sam se atrevió a dejarle en claro que ella era la que tenía el control de la situación. Le dijo que, si incluso la miraba raro, ella le patearía el trasero.

"Voy por ti, perra." Se aventuró a usar sus propias palabras en su contra. Cuanta originalidad.

Tory debió morderse la lengua para no responder. Le tomó toda su voluntad no abalanzarse contra ella.

Love, Hate, Love // Cobra Kai Donde viven las historias. Descúbrelo ahora