C∀PITULO QUINCE

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—¡Mmgh! — Gime Triss acostada de costado en el suelo del baño. Piernas ladeadas para un lado bien juntas mientras que su coño está siendo arremetido con el pene de Mew por debajo de estas. Ella gime aún agarrándose de sus hombros en los rebotes. Ambos completamente desnudos solo que ella con las medias blancas puestas. Luciendo más sexy y tierna.

Él mueve sus caderas como olas avanzadas haciendo sonar la humedad acumulada en el coño que azota con gentileza. Manos venosas a los lados de la cabeza de la chica. Está lo mira toda débil dejando unas lágrimas caer por la excitación. Su pequeña boca en una "o". Él la trata de mirar a pesar de que el placer también lo consume a él. Es algo que los consume a ambos.

—¡Agh! — Ella gime con sus senos rebotando frente al pecho del azabache.

Él le besa la frente haciéndola cerrar sus ojos con calma. Ambos unen frentes entonces. Encariñados con el uno al otro. Mew acelera las embestidas haciéndola pegar otros pares de chillidos. Él también gruñe pares de veces junto a ella. Ambos sin despegar sus frentes.

Hasta que se corren. Los dos temblando. Sueltan soplidos de aire. Tratando de calmarse. Las pequeñas manos de la Cheer acarician las mejillas del azabache. Ella toda sumida en su belleza. Él igual al mirarla.

Se mantienen la cálida mirada de enamorados. Ella traza círculos invisibles en las mejillas de él con sus dedos. Todo suave. Le da un besito en la punta de su nariz antes de acostar la cabeza devuelta en el suelo. Sin dejar de mirarlo como el último tesoro en la Tierra. La mirada de él se puede decir que es la misma.

—¿Te gustó? — Él pregunta. Voz ronca ante todo por el trabajado ejercido.

—Sí.— Ella responde asintiendo la cabeza pares de veces. Aunque luego intenta mirar abajo con el ceño fruncido. Ahora preocupada por algo. —Ay, rayos.

—Qué, ¿qué? — Él se desespera tratando de buscar con la mirada lo que ella buscaba. Triss deja de intentar mirar abajo a sus intimidades y lo mira a él con el ceño fruncido.

—Mew, ¿te corriste dentro de mí? — Ella pregunta con preocupación.

Él afloja todo ceño arrugado en su rostro para entonces sorprenderse. —Ay no... — Dice él. Sabiendo lo que esto podría traer a sus vidas. Y ambos están muy jóvenes como para eso. Demasiado.


















Mel despierta. Inhalando mucho aire como toda persona recién despertando. Mira a su alrededor dándose cuenta de que está en la sala de estar. Ve frente a ella a Perth y Saint durmiendo con sus cabezas descansando sobre la una a la otra.

A su derecha ve a Jorge y Off aún durmiendo. Incluso Luke sigue durmiendo. Con pequeños respingos del dolor mira a su lado donde Yibo reposa durmiendo. Ella tiene las manos, rodillas y mitad de la frente vendada.

Ella no quiere molestar a ninguno así que permanece en silencio solo mirando. Pero cada que mueve su cabeza de lado a lado, el cabello roza la nariz de Yibo. Con débiles parpadeos de recién despertado, Yibo la mira a ella.

Restaura su espalda con quejidos de dolor. Ella lo mira al escuchar esos bajos quejidos. —Yibo.— Susurra feliz aunque dolida.

—Mel.— Él llama igual de adolorido. La escanea de cabeza a los pies. Ella igual a él.

—Esta vez te gano en heridas. — Ella intenta bromear para ver si sus nervios se relajan. La pequeña broma hace que el más alto cree una sonrisa pequeña. La sonrisa es contagiosa pues Mel la recrea por unos cortos segundos antes de mirar a su alrededor de nuevo. Sin encontrar a Triss y a Mew. Se preocupa por su mejor amiga, pero Yibo dice:

DIARIOS DE UN PORRISTA • PerthSaint Donde viven las historias. Descúbrelo ahora