Capítulo 2:

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Tal y como ella me aseguró, su casa quedaba relativamente  cerca de donde me encontró.

-¿Puedes permanecer de pie un momento?-dijo ella mientras buscaba algo entre las costuras de una pequeña bolsa que tenía amarrada alrededor de la cadera.

-Sí, creo que sí.

-¡Listo! Vamos, entra. Yo te ayudo.- Lanzó la sugerencia al aire pues no tardó en sujetarme cuidadosamente de la cadera y guiarme al interior de su casa.

Caminamos unos cuantos pasos y luego giramos a la izquierda, al cuarto que daba directamente a la calle. Me encaminó hasta llevarme a la cama paralela a una pared de contenía una gran ventana con vista a la calle y con cuidado, me recostó en ella.

-Descansa un rato mientras yo voy a la cocina a preparar algo para comer. En la mesita que tienes al lado derecho de la cama, encontrarás una jarra con agua y un vaso, por si te da sed. Cualquier otra cosa que necesites, no dudes en llamarme. No soy experta en el tema, pero puedo decir que no estás en condiciones de moverte por toda la casa sin que te lastimes más de lo que ya estás, así que sé paciente. Procuraré tardarme lo menos posible.- La bella chica concluyó sus indicaciones.

-Está bien. Entiendo.

Me incomodaba dejar que tuviera esos detalles conmigo, tanto por el hecho de que no me sentía bien en toda la extensión de la palabra y como por el inconveniente que con cada uno de éstos mi afecto hacia la joven chica crecía a pasos agigantados. Cerré los ojos agobiada por el cansancio y molestias varias, así que por pura inercia me concentré en lo que escuchaba a mí alrededor: variedad de sonidos provenientes de la parte más alejada de la casa se hacían eventualmente repetitivos y más estruendosos como si de un pequeño tornado en el interior de la casa se tratase; pasos aquí y allá;sonidos metálicos chocando entre sí y uno que otro sonido que no lograba identificar, que bien podría deberse a mi falta de experiencia directa en este mundo. Todo lo que tenía era conocimiento general y unos cuantos rumores que circulaban entre los ángeles de más alto rango que constantemente intervenían en el plano material.

Después de una espera no tan prologada, la chica de ojos aguamarina entró nuevamente a la estancia. Llevaba sosteniendo una bandeja de madera en donde yacían dos platos, dos vasos, pan, queso, papas cocidas y sus respectivos cubiertos. Colocó la bandeja en la mesa cercana a la cama y de uno de sus cajones sacó una botella con un líquido púrpura, la cual también dejó en la mesa mientras acercaba una silla de madera para sentarse lo más cercanamente posible a la cama.

¿Te hice esperar mucho?- preguntó ella con un suave tono de voz, entregándome la bandeja con la porción que me correspondía en ella y sirviéndome un poco del líquido de la botella en el vaso-Lo siento, lo único que tengo para beber es vino. Si no te gusta, puedo servirte agua.

Negué con la cabeza.

-Está bien con lo que me ofrezcas- respondí sin saber exactamente lo que era esa bebida ni muchas cosas de las que me dio para comer sin embargo, aunque el líquido tenía un sabor concentrado, no era un mal sabor.

Cabe mencionar que la comida que yo conocía era muy diferente a la que estaba probando en ese momento. Por otro lado, nosotros sólo ingeríamos comida por el simple hecho de degustar su sabor sin fines alimenticios, nutricionales ni  de obtención de energía para las actividades diarias;así que por ello, no estaba familiarizada con el término "hambre" al que se referían los humanos  cuando necesitan comer.Aun dicho esto, la comida que la chica frente a mi había preparado, era unas de las cosas más deliciosas que había probado.

-¡Esta muy rico!- expresé cuando casi terminaba mi comida, claramente emocionada.

-Es bueno saber que te agrada, si quieres puedes comer de la mía. Yo comí en la tarde y no tengo mucha hambre.- Sonrió ampliamente al terminar de hablar y acarició mi mejilla con su mano.

Himitsu ~ Kuro No Chikai (Yuri)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora