Baekhyun se limpió las manos en el delantal y miró su creación. El pastel no era mucho que ver, pero olía delicioso y estaba seguro de que había acertado la receta que su madre le había enviado.
Algunas personas probablemente pensarían que estaba loco, pero cocinar era su actividad favorita cuando se sintía nervioso. Y él se sentía algo ansioso esta noche, mirando el reloj cada pocos minutos.
No estaba seguro de si Sehun vendría. No habían hecho ningún arreglo anoche. Sehun se había marchado para el momento en que Baekhyun se despertó esta mañana, y ahora Baekhyun no estaba seguro de qué esperar. ¿Sehun estaba planeando venir todas las noches? ¿Siquiera iba a volver? A pesar de las palabras de Sehun, Baekhyun medio esperaba que Sehun enloqueciera y cambiara de opinión.
Eran las diez de la noche ya. Seguramente Sehun no vendría.
El timbre sonó.
Correcto.—No te comas la torta —dijo Baekhyun a su gata y fue a abrir la puerta.
Sehun estaba parado al otro lado.
Baekhyun mojó sus labios, tomando una mirada en Sehun. No estaba acostumbrado a ver a Sehun en otra cosa diferente a trajes negros, pantalones negros y camisetas negras. Ahora llevaba un par de pantalones vaqueros azules y un suéter azul oscuro de aspecto suave que acentuaba la anchura de sus hombros y el color de sus intensamente azules ojos… ojos azules que inmediatamente se fijaron en Baekhyun. Era tan fácil perderse en aquellos ojos, en aquella mirada. Como a todo el mundo, a Baekhyun le gustaba ser el centro del universo de alguien, y Sehun podría ofrecer eso con un solo vistazo. Amaba esto… ser el centro de la atención de Sehun.
—Mmm, hola —dijo Baekhyun, dándose cuenta de que había estado simplemente mirando a Sehun en silencio.
Sehun finalmente apartó la mirada de su rostro para barrerla por encima de su cuerpo. Sus labios se torcieron.
—Bonito conjunto.
Baekhyun se sonrojó, recordando que llevaba sólo una camiseta negra de gran tamaño y un delantal con la inscripción “el cocinero más bonito”.
—Fue un regalo de Navidad del año pasado, de Jennie —dijo él a la defensiva, sacándose el delantal. Lo lamentó inmediatamente. Ahora se sentía casi desnudo, auto-consciente de que su camiseta no hacía nada para cubrir sus piernas desnudas—. Voy a ponerme unos vaqueros —dijo, señalando torpemente hacia su dormitorio.
Sehun miró a sus piernas y apartó la mirada rápidamente.
—Sí, haz eso.
Aliviado, Baekhyun huyó a su habitación. Después de ponerse un par de pantalones vaqueros, tomó unas cuantas respiraciones para calmarse, echó un vistazo al espejo, gimió ante el nido de pájaros en su cabeza y rápidamente se ató el pelo en un moño. Unos mechones oscuros escaparon, cayendo sobre su cuello, pero Baekhyun los dejó ser, pensando que no podía esconderse en su habitación por más tiempo o Sehun podría tener la impresión equivocada: que quería verse bien para él. Lo que no hacía. Obviamente. Eran casuales compañeros de jodida.
Cuando Baekhyun regresó a la sala de estar, Sehun se encontraba mirando a su alrededor, dando al interior una buena ojeada.
—No es mucho comparado con el lugar de Minseok —dijo Baekhyun, cambiando el peso de un pie al otro—. No soy ningún multimillonario. Como alguien dijo, ser profesionalmente apuesto no es un trabajo muy lucrativo para los tipos.
—No lo estás haciendo demasiado mal —dijo Sehun, echando un vistazo alrededor.
Baekhyun se encogió de hombros.