El viaje de regreso a Londres fue tenso y silencioso. Baekhyun encendió la radio mientras Sehun estaba sentado en el asiento trasero, con gafas de sol ocultando su expresión. Con su traje negro impecable, parecía la definición de un guardaespaldas perfecto. Excepto que el guardaespaldas perfecto no lo jodería y luego pasaría horas en tenso, cargado, silencio. Él y Sehun no habían intercambiado una sola palabra desde que habían tenido sexo la noche anterior. La mañana fue bastante incómoda con los padres de Baekhyun sonrojándose y evitando mirar a ninguno de ellos. Jennie solo acabó por suspirar y sacudir la cabeza. El hecho de que no se hubiera burlado de él de alguna manera hizo que Baekhyun se sienta peor... significaba que su hermana estaba realmente preocupada.
Estaba preocupado, también.
Porque incluso ahora, a plena luz del día, sus ojos seguían manteniéndose persistentemente en la línea de la mandíbula cuadrada de Sehun, que acentuaba sus labios llenos, y su mente seguía evocando pensamientos sucios, como parar el coche, subir a horcajadas entre las piernas de Sehun y desabrochar lentamente ese traje prístino. Se imaginó arrastrando sus dedos extendidos hacia arriba y abajo de aquel pecho muscular, acariciando el tenso paquete de seis antes de pasar la mano hacia abajo y...
Baekhyun se retorció en el asiento del conductor y ajustó su polla tan sutilmente como pudo.Deja de actuar tan adolescente, se dijo, frustrado con su excitable cuerpo idiota. Tener sexo con Sehun parecía haber empeorado el problema, sin mejorar nada.
El sonido del teléfono móvil de Sehun rompió la tensión en el coche.
Baekhyun echó un vistazo al espejo. Sehun lo tomó y contestó la llamada.
—Sí —dijo escuetamente Sehun, agitando su mirada para encontrarse con la de Baekhyun en el espejo. Ambos apartaron sus ojos rápidamente.
—Gracias —dijo Sehun antes de colgar.
—Era mi contacto en la policía —Sehun ofreció, para sorpresa de Baekhyun—. Uno de los hombres que te atacaron ayer habló, y la policía logró frenar otro secuestro de alto perfil anoche. Mi contacto dice que no debería pasar mucho antes de atrapar al resto de ellos.
Oh.
—Así que por fin puedo volver a casa —dijo Baekhyun.
—No todo el mundo en el culto ha sido capturado todavía —dijo Sehun.
—Lo sé, pero son menos peligrosos ahora que su número se ha reducido —dijo Baekhyun. Los matones alimentaban el odio de cada uno y la ira y, más a menudo que no, eran demasiado cobardes para actuar solos.
Sehun no estaba en desacuerdo, su expresión imposible de leer.
Baekhyun se mordió el labio cuando un nuevo pensamiento se le ocurrió. Si -cuando- regresara a casa, no tendría que aguantar más a Sehun. De hecho, era poco probable verlo de nuevo salvo que fuera a ver a Minseok.
En lugar de hacerlo sentirse aliviado, la idea era... un poco extraña. En poco tiempo se había acostumbrado a la presencia constante de Sehun, a la pequeña emoción cada vez que lograba irritar a Sehun hasta...
Baekhyun sacudió su cabeza con una mueca. Cuanto más grande fuera la distancia entre ellos era el mejor. La noche previa demostró que no podía confiar en sí mismo, en lo que a Sehun concernía: no podía confiar en sí mismo para no terminar de espaldas debajo de Sehun si este decidía que así lo quería. La idea era humillante y exasperante.
—Me voy a mudar tan pronto como el resto de ellos sea atrapado —dijo Baekhyun.
Sehun no dijo nada, su cara sin revelar nada. Mirando a la expresión inescrutable de Sehun ahora, era difícil creer que había estado dentro de este hombre anoche.