Para cuando Sehun volvió del baño, Baekhyun ya se había cambiado con una vieja camiseta blanca y un par de pantalones cortos que había encontrado en el armario. La ropa era un poco pequeña y se estiraba sobre los músculos que no habían estado allí cuando las había vestido hace años.
Evitando mirar a Sehun, Baekhyun se dirigió al cuarto de baño.
Mientras que estaba cepillando sus dientes, se vio reflejado en el espejo e hizo una mueca. Sus labios estaban hinchados, y había contusiones por todo su estómago y piernas. Al menos las que estaban en su rostro no se veían tan mal. Esperaba que pronto se desvanecieran o los maquilladores lo matarían. Tenía otra sesión de fotos pronto.
Baekhyun casi chocó con su hermana cuando salió del baño.
—Te ves horrible —dijo Jennie, barriendo su mirada sobre él.
—Gracias —dijo Baekhyun—. Eso es justo lo que tu hermano pequeño necesitaba oír después de un día tan traumatizante.
Ella puso los ojos en blanco.
—Por favor. Tú eres más duro que todos nosotros juntos. Además, tu peor estado es aún mejor que mi mejor. No soy la bonita en la familia —Ella le dio un abrazo con un solo brazo y un beso en la mejilla—. Me alegro de que estés bien, idiota. No jodas con tu guardaespaldas homofóbico
Baekhyun sospechaba que se parecía a los proverbiales ciervos encandilados por los faroles, porque Jennie se echó a reír.
Baekhyun apretó los labios.
—¿Qué te dio esa idea...?
—Por favor —ella dijo—. Te conozco, ¿recuerdas? La tensión sexual en la mesa era algo embarazosa. Además, es exactamente tu tipo: un imbécil, con aspecto de Vikingo, alto, construido como un tanque, manos grandes, gran polla...
—Tú no sabes eso. Tal vez su polla es pequeña.
Ella lo miró curiosamente.
—¿Lo es? Extraño. Por lo general puedo decir el tamaño de la polla del hombre por la forma en que camina. Estoy segura de que tiene por lo menos veinte centímetros.
Baekhyun resopló.
—Oh mi Dios, cállate. Me da vergüenza estar relacionado contigo. Además, me molesta profundamente la implicación de que nuestra confianza depende del tamaño de nuestras pollas.
Jennie sonrió abiertamente y palmeó su mejilla.
—Escucha la sabiduría de tus mayores, hermanito. Cuando llegues a mi avanzada edad, te darás cuenta de la sabiduría de mis palabras.
—Espero con impaciencia ese punto en el plazo de dos años —dijo Baekhyun con expresión desinteresada, alejándose—. Buenas noches.
—Buenas noches. ¡No jodas a tu guardaespaldas!
Baekhyun le hizo burla y entró en su dormitorio.
La habitación estaba a oscuras y en silencio. Apenas podía distinguir la figura de Sehun en el saco de dormir al lado de la cama.
Interiormente maldiciendo al ruso obstinado por perseguirlo, Baekhyun caminó silenciosamente a la cama y se metió bajo las sábanas.
Se estiró sobre su espalda, cerró los ojos, y se dijo que debería dormir.
Después de media hora de valientes intentos de contar ovejas, Baekhyun se rindió y abrió los ojos.
La habitación estaba tan silenciosa que podía oír la respiración de Sehun. Era constante y regular, pero sabía que Sehun estaba despierto. Estaba seguro de que no estaba imaginando la tensión en el aire, tensa y zumbando, como una cuerda en su punto de ruptura.