Kim Taehyung era un hombre alto, de pelo oscuro y piel olivácea, dientes muy blancos y una sonrisa encantadora.
A Sehun le disgustó inmediatamente.
Taehyung sonrió hacia Sehun, echándole un vistazo apreciativo antes de sacudir su mano firmemente. Su pulgar acarició la muñeca de Sehun.
—Me puedes llamar Tae.
Baekhyun se aclaró la garganta, poniendo una mano sobre el bíceps de Sehun.
—Entonces, este es Sehun, mi —Se interrumpió, frunciendo el ceño—... Amigo —terminó con el tiempo.
Taehyung rio en silencio.
—Un amigo como yo, ¿cierto, bello? —Guiñó su ojo a Baekhyun, lanzando un brazo alrededor de sus hombros y besando la comisura de su boca.
Sehun se obligó a abrir los puños. Miró lejos, preguntándose qué estaba haciendo aún allí. No debería haber venido. La mera idea de tener sexo con ese tipo revolvía su estómago con malestar y repugnancia. Pese a todas las dudas que llenaban su mente después de tener sexo con Baekhyun, tocar y besar a Baekhyun nunca lo hizo sentirse incómodo.
Quería irse.
Excepto que no quería dejar a Baekhyun a solas con aquel italiano roñoso. Odiaba la forma en que el italiano lo miraba a Baekhyun, desnudándolo con los ojos.
Pronto estará desnudándolo literalmente.
Sehun apretó sus dientes y se dijo que no le importaba. Sin ningún compromiso: eso era lo que habían acordado. No se debían mutuamente nada. Baekhyun podía tocar a cualquiera que quisiera. Cualquier otro hombre -o mujer- podía tocar a Baekhyun. Sehun no tenía la exclusividad.
La mano de Taehyung se trasladó por la espalda de Baekhyun.
Sehun dio un paso hacia ellos y luego se obligó a parar. Baekhyun no le pertenecía. No tenía ninguna queja posible. No quería poder demandar nada.
Todavía conversando con Taehyung, Baekhyun le dirigió una mirada que Sehun no podía leer.
La mano de Taehyung se movió más abajo. El italiano se inclinó hacia Baekhyun, sonriendo. Sus labios tocaron los de Baekhyun. Estaba besando a Baekhyun. Besando la dulce, perfecta, boca de Baekhyun, probándolo, jalándolo más cerca…
El control de Sehun se rompió.
Arrastró al hijo de puta fuera de Baekhyun y lo arrojó lejos. Taehyung chocó con una silla y cayó al suelo, maldiciendo en italiano y frunciendo el ceño hacia Sehun.
—¿Qué demonios? —Gruñó, poniéndose de pie con un quejido—. ¿Qué le pasa a tu mascota rusa, Baekhyun?
—Vete —Sehun dijo al italiano.
Taehyung se burló y dio un paso hacia él.
—¿Crees que puedes solo…
—Creo que será mejor que te vayas, Tae —dijo Baekhyun, mirando a Sehun extrañado.
—¿En serio? —espetó Taehyung.
—Sí —dijo Baekhyun—. Lo siento, voy a explicártelo después.
—¡Será mejor! —resopló Taehyung, tomó su abrigo, y salió.
—Bueno, ¿qué fue eso? —Baekhyun dijo después que la puerta se cerró de golpe.
Sus labios estaban rojos y brillantes por la boca de Taehyung.
Sehun le dio un tirón cerca y estrelló sus labios en un beso doloroso. Cada célula de su cuerpo parecía estar forzándolo para estar más cerca de Baekhyun, presionarse contra él, hundirse en su interior, derretirse y fusionarse juntos hasta que Baekhyun fuera marcado con el nombre de Sehun desde el interior.
Cuando finalmente dejó respirar a Baekhyun, este se lo quedó mirando aturdido, dos manchas rojas sobre sus mejillas pálidas.
—Vas a decirle al italiano que no puede tocarte nunca más —dijo Sehun.
Los ojos de Baekhyun se despejaron un poco.
—¿Voy a? ¿Y por qué habría de hacerlo?
Sehun abrió la boca y la cerró. Dijo bruscamente,
—Porque tiene un sabor desagradable y tu boca huele a él.
Baekhyun sonrió.
—Entonces, teóricamente, si encuentro a alguien que no tenga sabor desagradable, ¿estarás bien con eso?
Sehun lo fulminó con la mirada.
—Eres una pequeña mierda —dijo y dio a Baekhyun otro beso doloroso.
Baekhyun sonreía abiertamente.
—Tengo seis pies de altura. Difícilmente pequeño.
—Aún así eres una pequeña mierda —Sehun dijo y lo besó de nuevo, más suave esta vez. Dios, no podía conseguir suficiente.
Cuando ellos rompieron el beso, Baekhyun lo miró seriamente.
—No somos exclusivos, Sehun. Casuales compañeros de jodida, ¿recuerdas?
Los dedos de Sehun se clavaron en los lados de Baekhyun.
—Seguro.
—Entonces, ¿qué fue eso? —dijo Baekhyun. A pesar de sus palabras, no parecía enojado. Su expresión era suave, sus labios plegados en un puchero.
Sehun quería besarlo.
—Soy un posesivo hombre de las cavernas sin educación, ¿recuerdas? —dijo, forzando la ligereza en su voz—. Es por eso que nos conocimos, después de todo.
Baekhyun mordió su labio, una mezcla de emociones contradictorias apareciendo en su rostro.
—Eso es diferente. Yeri fue tu novia por dos años. Yo no lo soy. Sólo soy un tipo que has estado jodiendo por un mes.
Sehun no sabía qué decir a eso. Baekhyun tenía razón. No tenía ningún derecho a sentir como que la piel y la boca de Baekhyun eran sólo suyas para besar. No lo eran, y tenía que recordarlo mejor. Él fue el que le había dicho a Baekhyun que esto era sólo un arreglo casual.
—Mira —dijo Baekhyun—. Sé que no debería haberte empujado a esta cosa del trío. Sabía que no estabas listo. Pero no puedes hacer esto, no puedes actuar como un novio celoso. Esto realmente jode con mi cabeza. No hagas eso, ¿de acuerdo? No lo compliques.
Sehun asintió rígidamente.
—Bueno. Ahora vamos a ir a la cama —dijo Baekhyun con una sonrisa suave, agarrando la mano de Sehun y tirando de él hacia el dormitorio. Sehun lo dejó, y observó que a pesar de sus palabras de amonestación, la pequeña mierda parecía muy satisfecho por el estallido celoso de Sehun.
En lugar de hacerlo sentirse mejor acerca de todo esto, hizo a Sehun sentirse como la escoria de la tierra. Estaba jodiéndolos a ambos. Casuales compañeros de jodida no sentían posesividad. Casuales compañeros de jodida no atacaban a otro hombre por tocar a su compañero de jodida. Baekhyun lo debería haber echado inmediatamente en lugar de estar secretamente satisfecho, o Sehun debería haber puesto fin a esto él mismo. Baekhyun se merecía algo mejor. A Sehun le gustaba. A él realmente le gustaba como persona. No quería hacerle daño, no quería ser otro Zhang Yixing.
Pero tú lo eres, una voz se burló en el fondo de su mente. Eres exactamente igual que él. Todavía no puedes admitir que eres un maricón, todavía piensas que eres mejor que eso.
Baekhyun lo empujó sobre la cama y se sentó a horcajadas sobre los muslos de Sehun.
—¿Qué quieres esta noche? —dijo, deslizando sus manos por debajo de la camiseta de Sehun con una sonrisa traviesa.
Era hermoso. Un hombre no debería ser tan condenadamente hermoso.
—Tú —dijo Sehun con voz ronca, tirando de él abajo hacia su boca.
La voz en su cabeza se debilitaba mientras besaba a Baekhyun, perdiéndose en su adictivo sabor y aroma, tratando y fallando en poder conseguir suficiente.
Pero Sehun sabía que la voz volvería.
Siempre lo hacía.