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Quinn se inclinó sobre la encimera, tenía una sonrisa en su rostro, desvió su mirada del moreno a los ojos de Maybank, sus labios curvaron más hacia a arriba y rió levemente para girarse hacia Heyward.

-¿Por qué esa cara, papá Heyward?-preguntó preocupada al ver su rostro, este abrió y cerró su boca, pero no le respondió, vio detrás de ella y habló.

-Alguien quiere verte, Pope-informó, y apareció el policía Shoupe.

La ojiazul le sonrió de labios, estaba algo extrañada por su presencia.

-Hola, señorita Q. Pope.

-H-Hola, oficial-murmuró Pope.

-Tengo una orden de arresto por destrucción a la propiedad.

-¿Qué?-soltó Quinn extrañada.

-¿Qué dices?-preguntó el mayor.

Pope se dio vuelta y miró a su amigo, quien tampoco entendía que estaba pasando. Q se acercó inconscientemente hacia a su amigo, pero Shoupe se interpuso.

-Aléjese, señorita. Quinn, por favor-pidió-. Ve la orden, Heyward.

-¡No tienen pruebas!

Comenzó a decirle sus derechos, los tres adolescentes se movían, estaban inquietos por querer ayudar a su amigo.

Quinn susurraba que lo dejara, de sus labios no salía más que eso, mientras que los otros sólo vociferaban sobre la posible corrupción en este caso. Sus pies comenzaron a seguirlo, se abalanzó contra el rubio para detenerlo, se aproximaba rápidamente hacia el oficial.

Le agarró la mano y la apretó fuerte. Maybank no sabía que hacer ahora, se quedó helado ante el tacto de la chica, se giró e inclinó su rostro hacia ella.

-Perdón por lo que haré ahora-susurró cerca de su oído.

Se soltó y se aproximó a Shoupe para encararlo.

-Yo lo hice-dijo alzando la voz por sobre la de los demás para ser oído.

-o-

Golpeó desesperadamente el vidrio de la ventana, notó el desastre que había en la sala de estar, pero eso no le preocupó, sólo quería verlo. El chico salió de su habitación y rápidamente se acercó al ventanal para abrirle.

-¿Quinn?-murmuró, su voz sonó ronca. Ella extendió sus brazos para abrazarlo de golpe-. ¿Q-Qué haces aquí?

-Espera...-susurró. Acarició el cabello del chico, él lentamente la rodeaba con sus brazos-. No quiero soltarte aún-confesó-. Fui a la estación y dijeron que ya habían ido por ti, siento no haber llegado antes. Fue bonito lo que hiciste.

-Haría lo que fuera por un hermano-dijo, la apretó más contra él-. ¿Por qué lo sientes?

-Sé... Sé como es tu padre-murmuró aún en voz baja. Quinn podía percibir algunas cosas cuando veía a las personas, sus padres le enseñaron mucho y sus años de estudio gracias a su memoria fotográfica. JJ se separó rápidamente, tratando de no ser brusco, pero aún así la descoló. Los ojos de ella se llenaron de líquido al ver su rostro, extendió su mano hacia su mejilla, él se hizo hacia atrás, pero dejó que lo tocara de igual manera-. Lo siento-volvió a rodearlo con sus brazos.

Pero el rubio negó y rió amargamente.

-¿Por qué te importa, Quinn?

La ojiazul hizo su cabeza hacia atrás, pasó su nariz por la mejilla derecha de él lentamente haciendo que sus vellos se erizaran, besó su mejilla.

-JJ, todo está bien ahora, creo que... sólo debemos irnos- sugirió después de unos segundos apoyando su mejilla contra la de él.

JJ se dio vuelta y salió de su casa junto con su mochila, ella tomó su mano.























La pelinegra alzó su mano, haciendo referencia a que le tocaba. El moreno rió y se acercó a ella para arreglarle su moño. Hoy le tocaba trabajar junto a Heyward, como mesero.

—Gracias, Pope—dijo emocionada, John B. había aparecido esa tarde en el chateau y le había mencionado lo que supo, gracias a Sarah Cameron, entonces crearon una misión, debían entregarle un mensaje especial a la kook y reunir a los chicos.

El moreno se giró hacia su amigo.

—JJ, prometo ir con la policía--

—Cállate, está todo bien.

Asintió volviéndose a calmar.

—John B. tiene un plan—informó el rubio, pasó sus brazos sobre los hombros de los chicos junto a él para acercarlos más hacia él.

—Fue con Sarah Cameron a Chapel Hill—siguió Quinn.

—Gracias, Quinn. Información irrelevante—asintió fingiendo seriedad. La mencionada rodó los ojos. Giró su cabeza y se dirigió a su moreno amigo—. Volvemos a jugar por el oro.

—Pensé que ese juego ya estaba perdido.

El rubio respondió haciendo referencia a un juego de fútbol que ojiazul no captó en el momento, pero al separarse, le pidió alguno que la ayudara a hacerse una coleta.

—Recuerdo que cuando te conocimos llevabas un par de trenzas, te veías linda—comentó mirándola, ella sonrió. Su amigo Pope terminó de amarrar su cabello y le dio un leve apretón para darle a entender que había terminado—. Vamos—tomó la mano de la chica y la tiró hacia dentro de la casa.

Entraron rápidamente, pero alguien tiró de su brazo haciendo que se separara del chico.

Alzó sus cejas, le sorprendió saber que fue Rafe.

—Hola, Quinn.

—Hola, chicos. ¿Cómo están?—saludó cordialmente. Notó que Kelce estaba junto al chico.

—¿Cómo estás?—preguntó el moreno. Ambos tenían una fuerte fascinación por la menor, este último desde que tuvieron algo pequeño durante una fiesta los primeros días que ella había llegado a la isla —. Me alegro de verte.

Rió dulcemente, se acercó y besó a ambos en una de sus mejillas.

—Los veo luego, chicos—se despidió, hizo una reverencia—. No puedo conversar mucho. Vengo de parte del servicio— se encogió de hombros y señaló su uniforme.

El mayor mordió su labio, no tuvo tiempo de rechistar, ella ya había dado media vuelta.
Un hombre se acercó a ella y le pidió un trago, se acercó a la barra, y se lo pidió a Pope.

—Lo perdí. Rafe me interceptó y JJ siguió.

—Ahí está—señaló hacia las escaleras de la mansión en cuanto se giró. Quinn se giró, hizo una mueca, el rubio estaba siendo perseguido por unos chicos ricos.

Agarró la bandeja, pero la soltó enseguida y a paso rápido entró a la mansión, trató de visualizarlo, subió, continuó buscándolo.

—¡Dile a Quinn que se ve linda con ese uniforme, que podría hacernos unos servicios!

JJ se soltó del guardia y se giró rápidamente con la intención de abalanzarse contra el chico kook.
La ojiazul notó la escena, se aproximó al rubio y rodeó su muñeca para tirarlo hacia el guardia.

—Señor, yo me lo llevaré, lo he estado siguiendo y tratando de llevármelo sin hacer escándalos.

—Oh, está bien, Quinnie, no hay problema. Puedes llevártelo.

Le sonrió al guardia y pasó por al lado de él tranquilamente, al llegar a las escaleras comenzaron a correr.

—Hey, señorita.

Se giró y estaba el hombre que le había pedido un trago hace un rato, no parecía feliz.

—Eh, Daryl, tranquilo. Quinnie, lo tiene bajo control. Sin empujar—se quejó. La ojiazul deslizó su mano y agarró la del chico, este la miró—. Lo siento, no será discreto—le confesó—. Consumo de alcohol en Rixon's...

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⏰ Última actualización: May 03, 2023 ⏰

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𝘼𝙐𝙏𝙊𝙎𝙏𝙊𝙋, outer banksDonde viven las historias. Descúbrelo ahora