━━ ❝ 𝘊𝘢𝘶𝘴𝘦 𝘺𝘰𝘶'𝘳𝘦 𝘵𝘩𝘦 𝘳𝘦𝘢𝘴𝘰𝘯 𝘪 𝘣𝘦𝘭𝘪𝘷𝘦 𝘪𝘯 𝘧𝘢𝘵𝘦, 𝘺𝘰𝘶'𝘳𝘦 𝘮𝘺 𝘱𝘢𝘳𝘢𝘥𝘪𝘴𝘦 ❞
Dónde ______ y el líder de la federación rusa se ven involucrados. Tiempo después de que la joven asistiera a una asamblea política pa...
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|❝ 𝐂𝐀𝐋𝐋 𝐎𝐔𝐓 𝐌𝐘 𝐍𝐀𝐌𝐄 when i kiss you sogently❞
┃______ caminó a las afueras del lugar intentando despejarse de todos los pensamientos que estaban inundando su mente en esos momentos.
Suspiró profundamente mirando a la oscura noche. La imagen era demasiado agradable ante sus ojos, pero no la situación en la que se encontraba.
Se alejó de aquel sitio al notar como la llamaban a lo lejos. Supuso que era hora de retirarse..... Para su buena o mala suerte se le había asignado regresar a Novo-Ogaryovo en el mismo auto que el presidente, claro que no podía negarse a una petición de la cuál no tenía idea, pero que el mismo líder ruso había solicitado fuera de esa manera.
Sin esperar más se dirigió al auto, ingresó al interior aguardando por su compañero. Un par de minutos después el ruso se acercó, susurró al chófer informándole sobre algo importante, tal parecía... y finalmente optó por tomar asiento al lado de ______. Esta última se dispuso a observar las desoladas calles de la ciudad durante el camino. No tenía intenciones de hablar y debido a eso se había formado un silencio incómodo entre los dos.
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Bennet se mostró confundida al notar frente a sus ojos una enorme residencia como su destino. Para nada era aquella que ya conocía bien, la de gobierno.
Descendió del vehículo y antes de cuestionar el mayor se apresuró a hacerlo antes.
—Señorita Bennet—La nombrada se dió valor para fijar sus ojos al responsable de su llamado—¿Se encuentra bien?
—Sí.
Fue lo único que pudo pronunciar, admitía que en ese momento estar cerca de Putin aumentaba la sensación de molestia y a la vez los nervios corriendo por su ser, sin embargo no planeaba demostrarlo.
—Es necesario que hablemos Bennet—Sugirió el de azules orbes con voz de autoridad. La mencionada no se opuso, asintió acatando a la idea del mayor
Ambos caminaron a la entrada del lugar.
La extranjera se dejó guíar y necesario era, ya que no conocía el sitio en el que se encontraba. De no haber puesto atención a la decoración y a los muebles jamás hubiese pensado que se encontraban en la casa de Vladimir Putin.
Perpleja detuvo sus pasos, a lo cual el presidente se vió en la necesidad de hacer lo mismo.
—Disculpe pero, tengo que irme—Declaró firme. Tenía la sensación de tener que quedarse, pero probablemente terminaría más lastimada.