Negociaciones de paz

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Caminaron los tres y llegaron a esa amplia sala de reuniones donde tiempo atrás habían decidido el quinto Hokage. 

Allí estaban ya Hiruzen, Fugaku, los ancianos del consejo y los dos Uchiha que se habían unido a Akatsuki.

- Yo los invité -dijo Konan antes de que Obito dijera nada-.

Se sentaron todos y Obito fue el primero en hablar.

- Homura, ya que tenemos nuevos miembros en esta reunión, podrías por favor ponerlos al día.

Homura miró a los dos Uchiha y empezó a hablar.

- El quinto Hokage y su consejo estuvieron ayer reunidos con los lideres de Akatsuki para discutir como impulsar un acuerdo de paz mundial -hizo una pausa un tanto frustrado-. De momento hemos llegado a pocos acuerdos, sabemos que queremos invitar a las otras ciudades pero aun no decidimos como ni que haremos si se niegan.

Shisui sonrío.

- O sea sólo saben que la paz es mejor que la guerra -dijo Itachi-. Lo mismo que sabe todo el mundo.

Fugaku miró al muchacho con cara de enojo.

- No debemos reprocharlo por decir la verdad -dijo Obito que noto la mirada de su amigo-. No tenemos idea de que hacer -se río-. 

- ¿Qué desean hacer? -le preguntó Itachi a quien quisiera responder-.

- Traer la paz, pero idealmente sin obligar a nadie -dijo Hiruzen-.

- Aún no se niegan ¿cierto?

- Se han negado durante años -dijo Konan-. Les hemos escrito desde que tomamos la aldea de la lluvia.

- Itachi tiene razón -dijo Kakashi- y también tú -miró a Konan, quien sólo le sonrío-. Nos han rechazado un millón de veces, pero en ese entonces éramos sólo una agrupación poco poderosa de un rincón del mundo. Ahora Obito es el Hokage.

- Si -dijo Obito entusiasmado-, mi título podría traerlos a la mesa. Luego de eso negociaremos el tiempo que sea necesario.

- ¿Y si se oponen? -dijo Hiruzen muy serio-.

- No lo harán -sonrío Obito-.

- No seas ingenuo, quinto -dijo el anciano-.

- Ni usted sea imprudente, tercero -respondió Obito-. Le he estado dando muchas vueltas al asunto y es mejor para todas las aldeas si tenemos una alianza duradera. De forma de que no sea una dictadura mía todos los Kage deberían participar y también Konan.

- ¿Por qué ella? -preguntó Fugaku-.

- Porque es mucho más inteligente que cualquiera de nosotros -sonrío Obito-. Como decía invitaremos a los otros Kage y si se niegan, sabríamos que están obrando en función de su interés personal y no el de su aldea, porque sabemos que a su aldea le conviene la paz. Siendo así las cosas, si un Kage no quiere ni siquiera sentarse a negociar con nosotros, debemos convencer a su pueblo de que ese Kage no obra en su interés y esperar a que lo echen.

Todos quedaron mirándolo. 

- Sería más rápido si mataras a quien se opusiera a negociar -dijo Hiruzen-.

- Una vez que uno empieza a imponer la fuerza -habló Konan- es difícil dejar de hacerlo. Y no sacamos nada con llenarnos la boca hablando de paz si vamos a matar a quienes no quieran seguirnos.

Kakashi sonrío.

- Por eso ella estará en las reuniones -dijo-.

Ella le sonrío coqueta a su pareja.

- Está hecho entonces, enviaremos una carta de parte mía y de Konan a los demás Kages invitándolos a negociar a Konoha en dos semanas -dijo Obito-.

- ¿¡Aquí!? -reaccionaron sorprendidos los ancianos del consejo-.

- Se que a los otros Kage no les gustará, pero con todo respeto al tercero y a Fugaku, me asusta de que si me voy de viaje se declaren la guerra entre ellos y no tenga una ciudad a la que volver.

Todos se rieron. Todos menos Hiruzen. A Hiruzen le pareció un chiste de mal gusto.

- Y si no quieren venir -habló Shisui-, yo y Itachi iremos a buscarlos.

- Perfecto -respondió Obito-. 

- Siendo así -habló Konan- nosotros nos iremos mañana de forma de pasar un tiempo en la lluvia antes de las reuniones.

- Que reunión más productiva -dijo Obito contento-. Si no les molesta yo tengo montañas de papeleo de las que hacerme cargo antes de la gran fiesta, así que me iré a mi oficina.

Nadie presentó ninguna objeción y cada quien se fue a cumplir con sus labores.

A la hora de almuerzo Obito almorzó con Konan, Kakashi y los soldados de Akatsuki y cuando termino su plato se fijo que Konan se reía mirándolo.

- ¿Se te perdió algo? -dijo él-.

- Sólo tengo curiosidad -dijo ella-.

- ¿De qué?

- ¿Irás a tomar té hoy?


Obito regresa a casa / Los viajes de Itachi UchihaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora