Obito regresa a casa / Los viajes de Itachi Uchiha

El verdadero poder de nuestros ojos

Si será idiota pensó Obito mientras se levantaba rápidamente.

El refugio estaba destruido y Kakashi y Zetsu estaban parados a unos 10 metros de distancia frente a frente.

- Obito, te he echado de menos -dijo Zetsu-.

- Este tipo dice que te conoce, Obito -habló Kakashi-.

Obito no quería perder su tiempo en eso, por lo que acabaría lo más rápidamente posible con Zetsu de forma de evitar que contará más cosas, luego le diría a Kakashi que lo que hubiese dicho Zetsu era mentira. 

Uso el sharingan y reviso en Zetsu donde había escondido el cuerpo de Madara. Se lamentó de lo lejos que era, estaba en la aldea de la lluvia cerca del escondite de Pain.

- No te servirá de nada saber donde está -le dijo Zetsu-. Si nunca sales de aquí. 

Obito sólo sonrío, uso el kamui y apareció detrás de Zetsu, una vez ahí uso el elemento madera para atravesarlo y mientras se mantenía así lo quemo usando su jutsu bola de fuego. La batalla fue cortísima, Obito aniquilo a Zetsu sin inconvenientes. 

Kakashi quedó con la boca abierta.

- Yo pelee un poco contra él, no era débil.

- No lo era, -respondió Obito- pero llevo todo el día pensando en como enfrentarlo. Debiste haberme hecho caso Kakashi, si seremos compañeros debemos confiar en el otro. No habría valido de nada matarlo si no hubiese podido extraer la información que saque con mi sharingan. 

- Sólo esta vez... tienes razón, lo siento -hizo una pausa-. Dijo que te conocía, que eras su compañero, que eras como él.

- Miente.

- Dijo que dirías eso.

- Si alguien te dice una mentira es obvio que te diré que es mentira.

- Dijo que te conocía, me habló de tus habilidades, del elemento madera, incluso de esa tele transportación rara que hiciste mientras lo enfrentabas.

- Seguramente me investigo -hizo una pausa, no quería mentir más, pero tampoco quería decir la verdad-. Durante mi tiempo en las minas no sabía ni quien era, no fui particularmente cuidadoso con mi privacidad. Es información pública.

- ¡Deja de mentirme! -gritó Kakashi-. Habló de Rin, habló de como la viste morir y de lo que hiciste con quienes nos perseguían. Habló de tú dolor, del puente Kannabi y de que ayudabas ancianas cuando eras un niño.

Había descubierto que mentía, pero aún así, Obito no estaba dispuesto a hablar.

- La aldea corre peligro. Minato-sensei y su esposa corren peligro, su hijo por nacer corre peligro, vámonos a dormir y mañana temprano saldremos a ayudarlos en Konoha. Una vez que terminemos con eso, te contaré todo, aunque te advierto que no te gustará nada.

- ¿No puede ser ahora? ¿¡Por qué me mientes Obito!? -Kakashi empezó a desesperarse- ¿Quién diablos eres? ¿¡Dónde diablos estuviste estos años!?

Obito sólo miro a su compañero, hizo otro refugio y entró a acostarse.

- Si vamos a ser compañeros, Kakashi, deberás confiar en mí. Es tu decisión -dijo Obito y se durmió-.

A la mañana siguiente esperaban viajar a Konoha a encontrarse con su maestro, pero como se enterarían al llegar, Minato ya había fallecido cuando Obito volvió a dormirse.