🌸32🌸

1.2K 176 38
                                    

Dadas las seis exactas, Jimin ya se encontraba vestido y perfumado en el sofá de su sala de estar, esperando pacientemente a que el timbre sonara anunciando la llegada del chico pálido. Había revisado más veces de las necesarias su cabellera rubia peinada perfectamente de lado, también que sus ropas no tuvieran ninguna mancha; se sentía tan estúpido, pero a la vez estaba contento, porque nunca se había preocupado tanto en lucir bien para alguien.

Pero cualquiera estaría de acuerdo en que Min Yoongi no era cualquier persona, era su chico favorito y su futuro novio, ya lo había decidido.

Siempre había intentado verse lo mas decente ante la gente, con vestimentas llamativas y bien acomodadas, pero no había funcionado ante las chicas. De todas formas, siempre intentó dar una imagen limpia y cómoda, estaba consciente que lo lograba, pero ahora todo era diferente. Solo buscaba verse bien ante los ojos del mayor, ante nadie más.

Entonces el típico timbre sonó en el hogar, haciendo que su madre saliera disparada desde escaleras incluso antes de que pudiera ponerse de pie. Le sorprendió como la mayor corría con una sonrisa, sin siquiera caerse después de tremenda carrera—. ¡Yoongi! —gritó la mujer en cuanto abrió la puerta, incluso espantando al joven que observaba por vigésima vez su sudadera verde.

—Buenas tardes señora Park —sonrió pequeño y se inclinó un poco para saludar a la mujer, pero esta lo levantó rápidamente.

—Dime mamá, cariño, ya te lo he dicho —Yoongi quería sonrojarse, lo sintió en sus mejillas, pero en su lugar carraspeo y bajó la mirada al suelo—. Pero esta madre esta siendo grosera otra vez —la propia Inna se dio un golpecito en la frente y sonrió de nuevo—, pasa cariño, Jimin ya está listo y arregladito.

—¡Mamá! —gritó el pelirrubio al escuchar a su madre hablar así de él. El chico si había logrado sonrojarse al ver como Yoongi sonreía por lo que decía su madre. Estaba avergonzado, pero feliz de poder sacarle una enorme sonrisa a su hyung.

—Bien, se van con cuidado y llaman cualquier cosa —ambos chicos asintieron antes de despedirse de la mayor, casi ansiosos de dejar el hogar.

El sol apenas comenzaba a ocultarse frente al hogar, pero no tenían tiempo de prestarle atención esta vez, estaban mas ocupados perdidos en su andar, en su torpe y agraciado caminar a los ojos contrarios—. ¿Sudadera nueva? —Jimin solo era alguien que quería iniciar una amena conversación, como siempre sucedía, pero Yoongi se sentido avergonzado que talvez Jimin ya le conocía todo su guarda ropa.

¿Acaso repetía mucho?

—Ah, si... —respondió sin más, no queriendo realmente hablar de ropa.

Hablando de ese tema podría salir llorando.

Y por eso Jimin que lo nota incomodo es que decide que es momento de cerrar la boca y solo concentrarse en su trayecto, directo a la pizzería, solo disfrutando del silencio y de como su mano rosaba a cada paso la del mayor.

Llegar al lugar no era difícil, y como había dicho Yoongi, no estaba lejano a la cancha donde solía practicar. Lo que sí, había bastante gente—. Hay una promoción de inauguración —explicó corto el mayor. Yoongi avanzó hasta llegar a la fila en la entrada del lugar, que por suerte solo tenía dos personas más delante de ellos.

—Muy buena tarde —una chica con gorra y mandil verdes se acercó a la pareja de amigos con una sonrisa y una libreta en mano—. ¿Mesa para dos? —ambos asintieron, Jimin con una pequeña sonrisa tratando de ser amable—. En un momento los acomodamos, una disculpa por la espera.

—Esta bien —y Yoongi le sonrió a la chica antes de que esta desapareciera por la puerta del lugar.

No lo diría en voz alta, pero ¿acaso la chica se sonrojo por una sonrisa de Yoongi, pero no suya?

El Chico Que Me Gusta [Yoonmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora