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Los pensamientos de Jimin vagaban en círculos por su mente, no siendo capaz de pensar en otra cosa desde el sábado pasado.

No habia visto a Yoongi desde que lo dejó en su hogar aquel fatídico atardecer de sábado, aquel que desearía hubiese durado mas tiempo para poder tomarlo con calma entre sus brazos; Yoongi se habia ido con una sonrisa y un cálido adiós, pero Jimin se habia quedado con un horrible sabor de boca y un remolino en su corazón.

Por eso no le importó ni lo más mínimo cuando Jungkook pasó corriendo a su lado por el parque porque tenia que pasar de regreso a su hogar.

—¡Lo siento! —gritaba el pelinegro por las calles de la zona verde mientras corría detrás de alguien, pero como sabían, no le interesaba en lo más mínimo.

Jungkook corría rápidamente detrás de Jinhee, pero la chica no tenía intenciones de detenerse, solo aceleró mas al paso al escuchar cerca de su espalda las pisadas del menor. Estaba furiosa, lo bastante como para ni siquiera querer mirar al chico a la cara, ni siquiera verlo cerca de su persona. Pero como siempre, era un obstinado y terco.

—Por favor Jinny, escúchame —llegó a su lado casi corriendo, completamente bien por su estado físico.

—No tengo nada que escucharte Park —pero en un semáforo, Min tuvo que detenerse a esperar que los autos se detuvieran, pero su ceño fruncido y brazos cruzados no se iban de su persona.

—Jinny, yo no quería dejarte plantada el otro día, solo-solo se me fue el tiempo y ahora tengo tanto en que pensar que-

—Jungkook, por favor —el brillo en su mirada cuando se giró a verlo fue de decepción, de tristeza.

Park Jungkook la habia dejado plantada, porque después de veinte minutos de tocar a la puerta de su hogar y llamar infinitamente a su celular, este no habia atendido a ninguna de sus llamadas. Regresó una de sus miles de llamadas cuando ya habia regresado triste a casa y habia descubierto que su hermano si logró una cita con el Park mayor.

Pero no habia respondido tampoco.

Y ahora no quería escuchar ninguna de sus excusas patéticas.

—Es solo que hay algo que me molesta, y luego esta lo nuevo de Jimin que aún me atormenta un poco, solo me alejé de cas y... —respiró profundamente al verla a los ojos.

Habia sido un completo imbécil—. Lo lamento, fui un idiota.

—Lo fuiste —suspiró rendida al ver el arrepentimiento puro cruzar sus ojos, pero no estaba convencida.

—Te prometo que nunca se repetirá algo como esto.

—Tienes razón —sonrió hacia él sínicamente, pero Jungkook se veía como alguien perdonado—. No vuelve a pasar porque tu y yo no volvemos a salir —entonces la sonrisa se desvaneció por completo.

Jinhee siguió su camino cuando el semáforo le marco el alto a los vehículos y el verde a los peatones, sin esperar al pelinegro quien no se movía de la esquina de la calle.

Jimin habia llegado a su lado, después de todo daba pasos lentos al estar sobre pensando la situación que recién descubría. Se detuvo junto a su hermano a pesar de ver el semáforo en verde—. ¿Estas bien? —preguntó en lugar de avanzar.

Era un chico necio y grosero que ya lo habia molestado mucho, pero no dejaba de ser su hermanito pequeño. Así que cuando este negó con la cabeza viendo al suelo, pasó su brazo por sus hombros y le empujó un poco a que caminara para cruzar la calle. A duras penas, pero el menor avanzó junto a su hermano.

—¿Cómo te fue en tu cita? —y debido a los problemas, tampoco habia hablado desde aquel día que Jimin le puso un hasta aquí.

—No salimos.

El Chico Que Me Gusta [Yoonmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora