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Nuevamente habia comenzado otra semana de clases. El lunes saludaba al frio junto a un corazón triste, solo bailando una lúgubre melodía junto al inquieto del contrario.

Así que caminaban juntos por los pasillos de la escuela, de nueva cuenta escuchando el murmullo sarnoso de aquellos que ni siquiera presenciaban el aura a su alrededor. Min y Park Se habian vuelto el nuevo escandalo del momento, pero esta vez no por lo "corrompido" que habia resultado Jimin debido al pelinegro, sino por el beso que gran parte del equipo de animación habian visto en la competencia.

El rumor habia tardado en correr por el instituto, y solo porque la chica que se habia atrevido a hablar lo habia hecho en secreto y en contra de lo que sus amigas habian prometido. Y pese a esto, a nadie le sorprendía que eso hubiese sucedido en público. Igual habia sido un alboroto, porque las suposiciones habian resultado ser verdad.

Ellos escuchaban, pero solo a Yoongi parecía afectarle. Tenía miedo de lo que decían, como le acusaban fríamente de haber corrompido a Jimin, de como sus "sucios trucos" habian dado frutos y habia terminado con el rubio picaron. Tenía miedo que Jimin escuchara las críticas y fuera a sobre pensar las cosas.

Pero ni siquiera habia sido él quien le besó, fue Jimin, pero eso a la gente no le importaba porque Yoongi daba más la imagen que ellos tomaban.

Por eso mordía su labio inferior con fuerza, nervioso a cada paso; en cambio, Jimin oía las voces, pero no escuchaba lo que decían. Claro que se habia enterado de lo que decían, pero ellos no sabían la historia, no sabía ni la situación ni los sentimientos de por medio, entonces no les incumbía, por eso no podía importarle menos.

Su andar era seguro y firme, aunque estuviese asustado.

Cada paso en su vida le daba miedo, miedo por Yoongi, por su familia, por su propia persona. Porque aceptar también le aterraba, pero por lo menos ya no tanto.

—Nos vemos después de clases —se despidió con una sonrisa y un ademan con la mano derecha, pero su decepción fue grande al no recibir ningún tipo de respuesta, así que solo se alejó de ahí suspirando.

Desde que entraron al instituto que Yoongi no habia dicho ni una sola palabra, y aunque no era muy conversador estando en público, su expresión le advertía que algo no estaba bien, y no tenía que ser adivino para ver que le afectaba. Por eso odiaba mas a los ignorantes que tenía por compañeros.

Siguió su camino al aula, y nuevamente el sabor amargo subió por su garganta; todos lo miraban, con curiosidad, burla o asco, pero tenía la atención de su salon completo. Ignoró como pudo las luces frente a sus ojos y mantuvo su dirección firme a su pupitre, donde unas luces mas claras y tranquilas le esperaban—. Buenos días TaeTae —el castaño le sonrió, pero nuevamente parecía abatido, como varias veces se habia mostrado.

Le sonrió con cariño y fue feliz cuando este le regresó el gesto—. Buenos días Minnie —pero como siempre, Jimin no lo presionaría, porque a Tae no le gustaba hablar de eso, y pese a que se preocupaba, lo respetaba.

La clase comenzó y tuvieron que prestar total atención al pizarrón, teniendo que dejar de lado la tensión del momento.

Pero Taehyung la habia pasado muy mal anoche, ayer en la tarde y ayer en la mañana, pero Jimin no tenía por qué saberlo. Ni él ni nadie.

Y así pasaron las primeras tres horas de clases, entre dolores y corazones partidos, pero silencio ante las letras y ecuaciones.

El timbre de fin de hora resonó fuertemente por los pasillos, anunciando que ya habia terminado esa tortura de matemáticas que tanto agobiaba a los jóvenes estudiantes—. ¿Podemos reunirnos esta tarde para hacer estas cosas? No entiendo nada —formó un puchero haciendo reír a Jimin de inmediato.

El Chico Que Me Gusta [Yoonmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora