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La tarde de ejercicios y rabietas estaba resultando bastante entretenida para los tres adolescentes, en especial para Yoongi, quien realmente no habia despegado su vista del rubio saltarín.

—Ven Yoongi —Jinhee tomaba de manera extraña la cintura de Jimin mientras este se inclinaba un poco hacia adelante con las manos hasta el piso. Solo por eso, Yoongi sintió miedo de las intenciones de su hermana, los cuales incrementaron al ver su traviesa sonrisa—, necesito que sujetes a Jimin de aquí —señalo la cadera del chico, el cual ahora no podría estar más rojo, y no solo por el ejercicio.

—Ya lo estás haciendo tu —trató de escudarse e irse de ahí, pero Jinny negó rápidamente.

—No soy tan fuerte como tú, este chico varias veces se ha ido más adelante porque aún no logra hacer un Split completo.

—Lo siento —murmuro Jimin al sentirse avergonzado, después de todo mantenían una conversación mientras la chica sujetaba con fuerza sus caderas y Yoongi le miraba atento.

—Solo sujétalo muy fuerte, que no se te caiga para adelante —lo dudó un poco, pero termino tomando con verdadera fuerza de voluntad las bonitas caderas de Jimin—. Bien, ahora solo son diez segundos así y luego lo sueltas —Yoongi asintió.

El color no tardo prácticamente nada en aparecer en sus mejillas, sintiéndose nuevamente acalorado. Jimin no estaba lejos de la situación de Yoongi, pues pese a que no estaban pegados, las fuertes y grandes manos de su hyung lo tomaban con fuerza desde atrás, seguía siendo vergonzoso. La cintura de Jimin se sentía a otro nivel de satisfacción, pese a la tela, podía sentir lo bien formada y linda que era, casi podía sentir la suavidad de su tersa piel. Sin contar como nuevamente esa extraña sensación comenzaba a subir por el pecho de los dos chicos sonrojados.

Jinny solo disfrutaba del espectáculo.

—1, 2, 3, 4... —la lentitud y calma con la que contaba estaba resultando en una tortura para ambos, pero no les quedaba más remedio que seguir sujetados. Seria mil veces más vergonzoso alejarse del toque y que todos se diesen cuenta de lo que el otro causaba—... 5, 6, 7, 8... —Dongwook no se perdía ni un solo segundo de lo que pasaba, pues observaba todo con una risa burlona desde la mesa del comedor, donde podía ver todo gracias a que la puerta era de vidrio—... 9 y 10.

No tardo nada en soltar a Jimin, pero debido a la rapidez y lo agotadas que estaban las piernas del menor, Jimin dejó caer su cuerpo hacia delante de manera brusca; Yoongi lo notó y lo volvió a tomar de la cintura para evitar que golpeara con el piso, aunque no se haría daño debido al pasto, el susto fue mayor.

—No hagas eso —jaló la delgada cintura hasta ponerlo de pie y que quedase dándole la espalda.

—Lo siento —corrió hacia su mochila para sacar una pequeña toalla blanca con la cual limpiar el sudor de su frente y mejillas, incluso pasándola por sus clavículas mojadas.

—Es todo, espero que repases en tu tiempo libre —Jinhee también tomó una toalla celeste para limpiar con cuidado su rostro y cuello—, la próxima semana en el club veremos a los que estarán en frente en la rutina, y yo enserio espero que tu seas uno de esos —le sonrió amablemente, pero Jimin no podía ni siquiera ver su rostro, estaba demasiado ocupado mirando el pasto crecer.

—Si, gracias por todo —sacudió un poco su cabeza antes de atreverse a mirarla, y no ver nada.

—¿Te acompaño a casa? —su vista viajo a Yoongi, quien habia hecho la pregunta. Se tomó unos segundos para apreciar con calma su rostro, sus facciones, lo bonitos que eran sus ojos.

—No gracias, estaré bien —le regaló una cálida sonrisa involuntaria—. En realidad, vivo más cerca de lo que creía.

—En ese caso, pasaré por ti mañana temprano —Jimin asintió antes de hacerle una reverencia a Jinny.

El Chico Que Me Gusta [Yoonmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora