6. Leyenda

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Kanon estaba tenso, debatiéndose entre la necesidad de entender y el rechazo que le provocaba el tener que confiar en lo transmitido a través de los siglos. El tiempo suele tener la manía de hacer que los hechos se vuelvan recuerdos, y que los recuerdos sean simples imágenes distorsionadas de lo que algún día pudo contener algo de verdad. Pero no dijo nada, era mejor escuchar una historia que seguir como antes. Así que el viejo empezó a contar la leyenda que el chiquillo ya había escuchado mil veces, pero que despertaba su atención como si la fuera a descubrir por primera vez.

- Se decía que hace más de doscientos años, antes de la guerra contra el dios del inframundo, el Santuario estaba custodiado por valerosos caballeros. Athena se había reencarnado en una chiquilla valerosa y decidida en el momento en que los espectros de Hades empezaron a hacer acto de presencia. Todo el Santuario parecía unido y fiel a su buen Patriarca Sage, un hombre solemne, poderoso, que profesaba un gran respeto hacia sus subordinados. Pero había uno de los más fuertes Caballeros que su corazón fue envenenado por la vanidad y la ambición. Aspros de Géminis...- Kanon tragó saliva al escuchar ese nombre, algo en su interior se removió...- Un dios maléfico había manchado su frágil alma, provocando que Aspros se alzara contra el Patriarca con la intención de asesinarlo y usurpar su lugar. Aunque Sage era demasiado inteligente y hacía tiempo que presentía cierto acto de insubordinación por parte de Aspros, así que le tendió una trampa junto con el Caballero de Virgo para desenmascararlo. Una vez caído en la trampa como animal en el cepo, hay varias versiones. Una de ellas, y la más improbable, es que fue asesinado por el mismo Patriarca. La otra, la que ha planeado como una sombra sobre esta isla durante siglos, es que Sage, para darle otra oportunidad debido a la bondad escondida que percibía en su alma, le desterró a la isla de Kanon, para que pudiera encontrar la verdad que se ocultaba en su interior, haciéndose uno con el volcán, luchando contra la misma lava que nace del centro de la tierra, para así purificar su alma y poder regresar a la batalla como el noble y admirado Caballero de Géminis que estaba destinado a ser.

Kanon escuchaba con una atención absoluta. Recordaba perfectamente haber leído que Aspros había perecido muy joven, antes de luchar en la Guerra Santa, pero en ningún lugar se especificaba debido a qué había sido su muerte.

-¿Y? – preguntó, exasperado por la pausa que había hecho el anciano.

- Pues su alma estaba sumida en una oscuridad tan profunda que hizo despertar las entrañas del volcán, siendo una amenaza continua para la paz y la integridad del pueblo. La gente estaba atemorizada, no osaban ni nombrarlo, para no provocar su enfado. Se decía que devoraba personas, que se habían encontrado esqueletos y sangre cerca de su guarida. Pero mi antepasado no tenía miedo, y se acercaba al volcán únicamente movido por la curiosidad innata de la niñez. Él no le temía, y hasta me atrevería a afirmar que algún acercamiento tuvieron. Aquí tengo unos papiros con unos bocetos que hizo del temido ogro.

Los ojos de Kanon se abrieron como platos cuando el viejo deshizo el nudo de la cinta que sujetaba los papiros. Lo que vio lo dejó helado. Eran unos dibujos preciosos, borrosos por el tiempo, en los que se vio reflejado él mismo...igual que los que había encontrado en Star Hill. Indudablemente el hombre de esas imágenes era el mismo...

- Ahora entenderá porqué el pueblo se ha aterrado con su llegada. Todos conocen las leyendas, todos saben del aspecto del ogro gracias al legado de mi antepasado. Muchos siguen temiendo que el volcán despierte de su letargo...

- ¡Pero esto es sólo una leyenda, usted lo ha dicho!- exclamó Kanon, a la defensiva.

- Pero todas las leyendas tienen una parte de verdad, hijo...

- ¡¿Me está insinuando que yo tengo algo que ver con el guerrero Aspros?! – inquirió con un tono cada vez más nervioso y amenazante.

- ¿Nunca hablaste con Shaka sobre la reencarnación, sobre la misión de las almas en la rueda de la vida?

- No, nunca hablé con él – respondió secamente.

El anciano se quedó extrañado ante esta afirmación.

- Shaka era el caballero más leal al Patriarca, ¿cómo es posible que nunca hubieras hablado con él? No me puedo confundir, tu cosmos es idéntico al cosmos que tanto respetaba Shaka...por el que sufría debido a su ambigüedad del alma. Sufría porqué se veía incapaz de salvar aquella alma torturada, esta vez se sentía fracasar, y eso le torturaba a sí mismo...

- ¡¿Pero qué está hablando?! – espetó Kanon levantándose de golpe, totalmente airado.

- Ya te dije que mi vida siempre estuvo relacionada con el Santuario. Yo conocía a Shaka desde que era un niño recién llegado para convertirse en Caballero Dorado. A veces me visitaba y charlábamos. Era un hombre muy recto con su moral. Él sabía que ya había luchado en otra Guerra Santa, sabía que su misión era servir a la justicia sin indecisión. Pero también sabía que no había justicia perfecta, así como no había maldad perfecta. Siempre fue fiel al Patriarca, aunque esto le provocara el distanciamiento de ciertos caballeros...

A Kanon le estaba incomodando demasiado el camino que estaba tomando la conversación...pero el anciano proseguía con su perorata.

- Shaka estaba convencido que ya había conocido el alma del Patriarca en otra vida, presentía que su misión era alejarla de la profunda oscuridad que el destino la sometía siglos tras siglos...y tu cosmos...tu cosmos pertenece a esa alma...

- Ese hombre del que habla era mi hermano Saga. Era él que tenía conflictos con su alma. Yo nunca los he tenido. Siempre he sabido lo que hacía y porqué lo hacía, y nunca he vacilado en mis decisiones. Sí, el alma de Saga era débil, muy débil. Y si la misión de Virgo era esclarecerla, fortalecerla, pues fracasó. Además, sigo sin comprender qué relación tiene todo esto con la maldita leyenda de la isla – dijo Kanon, agarrando su mochila y disponiéndose a abandonar el lugar.

- Según Shaka, Saga era el alma que siglos atrás había encontrado su buen camino en el volcán, el antiguo Aspros de Géminis...

Cada vez que escuchaba ese nombre, el corazón de Kanon se desbocaba.

- Pues Saga, en esta vida, fracasó. Y Shaka también.

Sus pasos firmes y decididos lo condujeron hasta la puerta, la cual cerró de un portazo al salir. El chiquillo hizo ademán de seguirle, pero el anciano lo frenó.

- Déjale...este hombre...este hombre es hermano gemelo de Saga, claro...ahora lo comprendo...Su poder es idéntico...entonces...hace doscientos años...Aspros quizás tampoco era el único...

Kanon abandonó el pueblo con desesperación. Tenía la mente demasiado nublada con tanta historia, leyenda y tonterías del Santuario...Necesitaba escapar de allí, así que se sirvió de su poder para abrir un portal dimensional y desapareció. Era momento de conocer el misterioso volcán con su maléfico ogro...

...si es que alguna vez había habido alguno.

#Continuará#

La Recompensa de la RedenciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora