Capítulo 2: Identidad

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La belleza ardiente que Takemichi había visto el otro día sería su nuevo vecino de edificio, junto a su familia claro.

Era el hijo del medio de la familia Sano, quiénes tenian de patriarca al señor Sano, el abuelo de los chicos, le seguía Shinichiro el mayor de todos, dueño de un taller mecánico, le seguía Manjiro que era un estudiante y pandillero local y luego la menor, Emma, una joven coqueta y cariñosa a pesar de estar bajo la influencia de las pastillas.

A Takemichi le causaba curiosidad como Emma podía ser tan extrovertida si consumía aquellas pastillas que mantenían a todo el mundo adormilado y aburrido.
Takemichi también comenzaba a actuar más extrovertido y confiado pero no decía nada sobre el hecho de no estar medicandose.

Por un momento creyó estar enamorado de Emma con quién comenzaba a pasar más tiempo luego de clases, pero se dió cuenta que su corazón iba desbocado solo cuándo Manjiro estaba presente. Mikey era diferente, estaba alejado de todos y le gustaba la privacidad, aveces se sentaba en la sala a usar la consola mientras Emma hablaba con su nuevo amigo y aveces se incluía en las conversaciones, como Mikey no trabajaba ni estudiaba, se encargaba de mantener la casa limpia mientras que Shinichiro trabajaba y Emma iba a clases, también se encargaba de cuidar al abuelo y es por eso que cuándo se disponía a jugar o a descansar nadie le molestaba e intentaban integrarlo a la familia.

Con el tiempo que Takemichi pasaba en la residencia Sano, notó que Mikey no tomaba las típicas pastillas rosas con forma de flor, las que él tomaban eran de un tierno color celeste con forma de corazón y con la curiosidad a tope le preguntó a Emma a qué se debía, a lo que una nerviosa Emma quiso esquivar el tema pero le terminó confesando la razón.

Al parecer a Manjiro no le surtia efecto la pastilla común y se dieron cuenta de la peor forma, pues el joven se había enamorado de un chico en su anterior escuela y como no era correspondido había comenzado a enfermarse, por suerte la pastilla rosa ralentizaba el efecto y pudieron tratarlo a tiempo. Esa era la razón del por qué se mudaron y el por qué Mikey no asistía a clases o trabajaba.

La familia Sano estaba muy asustada por que Mikey pudiera enamorarse otra vez y no ser correspondido.
E

so explicaba por qué al principio no dejaban que Takemichi entrará a la casa.

Entonces había una pastilla más fuerte que la rosa y esta parecía anular cualquier emoción en el sistema, por eso Manjiro tenía un rostro tan serio.

No tenía emociones.

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Esa noche Takemichi se fue a la cama con muchas dudas y ninguna respuesta. Se preguntaba si Mikey había superado ya los sentimientos hacía su ex compañero y si era así ¿Él tendría oportunidad? No quería enamorarse de Manjiro por que no sabía si sería correspondido, pero pensarlo le hacía cosquillas el estómago y lo ponía de un muy buen humor.

Ojalá si pudiera ser correspondido.

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El Niño Flor. ¥ Maitake. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora