Su peor miedo desde que la conoció fue que ella quisiera elegir un albedrío de abandono...como su madre. A pesar del error que concibió, le dedicó "Te amo" en una nota como despedida silenciosa.
-Eva... Directamente solo te escribió antes de irse es...
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9 de mayo
Luego de colapsar por un desmayo hoy en la escuela, la profesora de matemáticas se preocupó y me mandó a la enfermería con alguien que se ofreciera a acompañarme.
Me asusta, podría estar padeciendo una enfermedad tan peligrosa como la neusemia. Si ya tengo anemia, no sería mucho de extrañar el porque.
Ruki-kun rápidamente se ofreció aunque no fue de mucha ayuda. Salió adelante tirando de mi muñeca y me exigió que me moviera o perdería mucho tiempo en clase.
De mala gana, y de nuevo yo soy la del problema. No se lo pedí ¡Fue el quien se ofreció!
Era cierto como el me reprochó, era buena idea tomar provecho de mi estado moribundo. Pero era imposible si ni caminar sola era capa. Al final me tomó de la mano y me llevo renegando.
Mi pecho sintió extraño por ese pequeño instante.
Después de que se fuera, el profesor Rainheart de la enfermería, me dió de beber un delicioso té de hierbas originales.
Me sorprendió cuando Reiji-san llegó pidiendo medicinas para la migraña, era inusual siendo un vampiro. Ayato-kun, fue el responsable con soportarle sus rabietas a diario. A pesar de verme como su cebo, estaba muy molesto.
Ayato Sakamaki, un motivo para proveer un sofocante monitoreo.
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Sus alumnos comenzarían a entrar al aula después de la clase de educación física, y esperaba no toparse con ningún chiste de mal gusto que colmaran su paciencia inmediatamente, sin oportunidad.
Abrió la carpeta de su laptop, ahogandose en un suspiro ante las extensas asignaciones que aparecían en las notificaciones del correo. Ayato se había lucido, no fue uno sino cuatro exámenes. Suspendiendo todo a última hora....
Al revisar el resto de buzones se dió cuenta de que los demás profesores del resto de áreas también le habían enviado las calificaciones de sus alumnos para acomodar sus boletines de notas.
Ah, y él también debía hacer eso mismo con ellos.
Después de enderezar su espalda, le hecho un vistazo a los primeros puestos, uno por uno hasta los veinte faltantes.
Él siempre fue una persona muy aplicada y sus notas fueron casi excelentes en la preparatoria; en la universidad sobresalió como el alumno estrella; y a sus ojos intelectuales esas calificaciones eran una vergüenza.
Matemáticas y lastimosamente su materia en inglés, solían más distinguirse tras las puntuaciones mediocres. Sin embargo, hubo una irregularidad inesperada que surgió en su análisis.
