Q u i n c e

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12 de mayo

No logro reconciliar bien el sueño desde hace dos días, pensando en el abrazo de Ruki-kun luego de cometer su homicidio contra una inocente criatura. 

Hoy me enteré por medio de Kou-kun que no eran hermanos de sangre, su historia y los motivos del porque la conducta tan arrogante. Un secreto que de nuevo él me pidió un cambio y por casualidad llegó el.

Pese a todo. Kou-kun era amigable conmigo si se quitaba esa sed de sangre.

Ruki-kun por el cambio, seguía sufrimiento pesadillas constantes . No creí que fuera tan peligroso para acabar siendo mordida y estrangulada. Sus palabras menospreciaban mi compasión, negando la historia de Kou-kun.

No, no lo creí.

Supongo que no fue tan malo haber sido sacada a empujones de su habitación, permitiendome la entrada para volver a la mia y sentí rechazo.

Azusa-kun me ayudó cuando pasó por ahí, estaba herido y no podía caminar. Y mientras íbamos caminando me comentó sobre el daño pasado.

Cómo lo supuse, él solo mintió.

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Lo recordaba. Soñó con Yuma robando manzanas en la plaza del mercado, solo para un bocado. A él humillando a sus sirvientes, y  luego él por aristócratas. Con un final de él siendo reunido con un montón de niños andrajosos tan descarados, que lo odiaban solo por su origen.

Ese día, conoció a Azusa. Un indefenso niño tan afectado de la cabeza, que solicitaba su compañía con tal de ser tan estropeado como él.

Pero, ese niño hoy era un hombre maduro con un espíritu gentil por dónde caminara, pensado siempre en el bienestar de cualquier persona.

Él se convirtió en el mejor cómplice de Yui, y pase a lo que leía, Kou en realidad no fue una amenaza tan desagradable como creyó.... Él.... él si lo fue.

Y allá estaban frente a la distancia. Era un radiante fin de semana y ninguno tenía trabajo ese día. Sin embargo, se animaron a darle un vistazo al horfanato que dirigía su hermano, y para Azusa siempre era un placer dedicar tiempo a los niños.

El edificio era grande y cálido. Con paredes pintadas de colores y paisajes; las aulas de clase, los baños y comedores se hallaba en perfecto estado, el cielo raso era de madera tan bien cuidada como el suelo. Su parte favorita era el patio.

Ellos no tuvieron un afortunado destino de parar en un lugar en ambientes tan acogedores o tan siquiera adecuados para un niño, ni mucho menos un aire tan fresco afuera donde se olia el césped recién cortado y rosas, tampoco se escuchaba el traqueteo de los juegos en función al compás de risas infantiles y niños gritando "Tú las traes"

El regocijo abundaba, el calor hogareño ni el cariño era escaso mientras habitaban allí en espera de familias que quisieran adoptarlos.

Su hermano había hecho un gran trabajo.

Justo ahora las niñas formaban un alboroto suspirando y gritando la suerte de ver de nuevo a Kou después de varios meses; por el cambio,  los varones más grandes protestaban contra Yuma por ser un tramposo en los juegos de vencidas entre otros juegos rudos de fuerza.

—¡Yuma, no seas tan brusco!—Reprendió Azusa

—¡¿Eh?! ¡No es mi culpa que todos aquí sean unas nenas!

—¡Tu eres la única nena, come pepinos!

—¡¿Que quieres decir con eso, mocoso?!

Ruki se rió rozando su puño en su boca. Los niños eran de cierto modo entretenido.

—Si estuvieran aquí....

¿Cómo algo tan inocente podía tornar esa efímera risa a sentirse un despreciable desdichado?

En los paseos al horfanato con Yui, quienes solían acercarse más a ella eran los nenes de más corta edad, o ella a atendiendo a los bebés que llegaban pero en breve ya estaban en aprobación de adopción.

Era una miel para ellos con su dulce alma maternal. Y la ilusión de tener un bebé propio algún día en sus brazos era muy evidente.

Probablemente su bebé sería el más mimado en casa, probablemente jugaría con los demás niños en las visitas mensuales al horfanato, probablemente....

— Seríamos la familia más feliz.

Come encanta hacer sufrir a esta man jsjsjsj xD

El albedrío del abandono - © Ruki Mukami.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora