Un par de ojos celestes, cuya pupila parecía tener la forma de una estrella blanquecina, se abrieron poco a poco, acostumbrándose a la luz que llenaba la habitación. Parpadearon un par de veces, antes de que la pequeña que portaba esos grandes ojos alzase lentamente su torso delgado.Sus flacos brazos empujaron las sábanas que la cubrían, mostrando la piel blanquecina de sus manos y el azulado vestido de una pieza y mangas largas que llevaba como ropa. Su enrulado cabello de color blanquecino caía por su espalda, arrastrándose sobre la misma. Desde debajo de su cabello, un par de cuernos negros con una punta azulada se asomaban. Su expresión se mostraba confundida y ligeramente asustada mientras que sus ojos se movían, recorriendo la desconocida habitación donde había despertado.
Entonces, la puerta se abrió lentamente cuando sus ojos finalmente se posaron en ella. Y, por primera vez, el par de ojos azulados se encontró con un par de ojos dorados.
Quien abrió la puerta era un joven de cabello castaño. Vestía una remera rojiza y pantalones oscuros. Su cuerpo era delgado, aunque no en exceso. Mantenía la puerta abierta con una mano, y en la otra llevaba una bandeja con comida.
"Oh... Despertaste. Pensaba dejar la comida y luego irme para volver después, pero... Si quieres, puedo hacerte compañía mientras comes."
La chica escuchó el tono sorprendido en las palabras del joven, sin embargo, sólo en sus primeras palabras. Su voz no tardó en ser más amable y suave, y no pasó mucho tiempo antes de que notase una sonrisa esparcirse en su rostro.
La pequeña en la cama lo miro en silencio por unos segundos. Inclinó levemente su cabeza a un lado, pareciendo pensativa, antes de bajar su mirada a la cama mientras se cruzaba de brazos. Permaneció unos segundos más de esa forma antes de asentir.
"Si... Puedes quedarte si gustas."
Hablo con una ligera duda en su voz, y alzó su mirada hacia el chico de cabello castaño. Lo vio asentir en respuesta, mostrando aún una sonrisa amable y comprensiva, antes de acercarse a ella. Dejo la bandeja sobre su regazo con cuidado, y acerco una silla desde un escritorio cercano.
"Disfruta la comida, si te falta fuerza o tienes dificultades avísame."
Escuchó nuevamente la voz del joven, y permaneció en silencio por unos segundos. Era una voz amable, le agradaba. Bajo la mirada hacia la comida. Un humeante tazón de arroz, se notaba aún caliente. Estaba acompañado con un pescado en un plato, y un vaso con agua.
Sintió que era comida que no acostumbraba a comer, pero, no estaba segura. Igualmente, parecía saber bien. Al menos se veía delicioso. Tomo los cubiertos, un par de palillos. Le tomo unos segundos saber usarlos, pero su intuición le dio una buena guía.
Empezó a comer. El arroz por su cuenta era delicioso. Le sorprendió de forma honesta, el chico debió notarlo si su leve risa era un indicador. Se sintió avergonzada, y ofendida a partes iguales. Sintió que era alguien de quien la gente no debería reírse, pero, no estaba segura del porque. Se suponía que ella era alguien importante?
Trato de no pensar en el tema y probó el pescado. Estaba igualmente delicioso. Incluso le gustó más que el arroz. Sonrió con satisfacción. Siguió comiendo, cada bocado era delicioso. Sentía que llevaba mucho tiempo sin comer, probablemente un par de días? Por alguna razón sintió que seguramente habría sido más... Mucho... Mucho más...
"Wow... Come más lento, vas a atragantarte."
Escuchó la voz del chico y frunció el ceño en su dirección. Se cruzó de brazos e inflo sus mejillas en una expresión de enfado infantil. Debió tener efecto ya que el joven repentinamente mostró un notable grado de diversión y nerviosismo a partes iguales mientras retrocedía un poco junto a su silla y alzaba sus manos.
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La Reina Demonio y su Dragón Emperador
FanficUn día como cualquier otro, Issei estaba volviendo a casa de la escuela. Sin embargo, algo llamo su atención. Le pareció notar un destello extraño en un callejón, y, al fijarse dentro, notó que había una niña de cabello blanco noqueada en el suelo. ...