Avanzando por los pasillos de la escuela con pasos sorprendentemente tranquilos para todo el caos que las estudiantes del club de natación hacían mientras corrían de un lado a otro, buscando a cierto joven de cabello castaño que las había espiado, una joven de baja estatua y cabello blanquecino recorría el edificio. Siguió el conocido olor de su jefa hasta el salón donde supo que estaría hablando con su amiga, Sona. Conocía de memoria sus olores y no le costó mucho seguir su rastro tras ver que no estaban en la oficina del consejo estudiantil. Entrecerró levemente los ojos cuando dirigió una de sus manos hacia la puerta.
Había un olor que no le era familiar dentro. Era humano, y de la academia, si... Pero, no debería estar ahí.
Empujó la puerta con algo de fuerza de forma inconsciente, provocando un fuerte ruido por el golpe accidental, pero no le prestó atención.
Sus ojos dorados recorrieron el salón en silencio, pero sólo vieron a Sona y a Rias dentro. Entrecerró los ojos mientras que fruncía el ceño. Olfateó un poco el aire mientras las dos demonios de clase alta la miraban confundidas, sin embargo, negó con la cabeza.
"Pensé que había alguien más. Lo siento, Buchou."
La joven se disculpó con una voz monótona y tranquila, mientras que hacía una reverencia ante su ama. Pasaron unos segundos, antes de que escuchase un suspiro aliviado.
"No pasa nada Koneko-chan. Pensamos que eras otra persona. Por cierto, tengo un pedido para ti."
Escuchando las palabras de la adolescente mayor que ella, Koneko alzó su torso, levantándose de su reverencia de disculpa, antes de dirigir una mirada curiosa hacia su ama. Inclinando levemente la cabeza hacia un lado, permaneció unos segundos en silencio, esperando que le dijese que era.
"Sona-san me contó algo un poco preocupante, así que, me gustaría que vayas a revisar una zona con una de sus chicas. Te parece bien?"
Asintió ante las palabras de su jefa. Supuso que debería buscar algo o a alguien, por lo que sólo esperó que no fuese muy difícil y que le sirviese para pedir dulces después. Hizo otra breve reverencia tras su respuesta afirmativa.
"Entiendo, iré a esperarlas en el consejo estudiantil entonces."
Aquellas fueron las últimas palabras que la joven de cabello blanquecino dijo, antes de llevar una de sus manos a la puerta a su lado. Dirigió una mirada curiosa hacia los casilleros al fondo del salón, pero supuso que el olor extraño sería de alguien que olvidó su mochila. Sin decir nada más, cerró la puerta, antes de volver a empezar a caminar.
Issei nunca había caminado tan rápido en toda su vida. Mientras se alejaba a toda velocidad de la academia Kuo, en su mente estaba grabado a fuego ese breve instante donde sintió que sus ojos hicieron contacto visual con los de la mascota de la escuela, Koneko. Acaso ella también era parte de eso? Y, de que demonios estaban hablando? Le costaba ahora creer que fuese un mero juego ahora.
Mientras caminaba tan rápido como sus piernas se lo permitían, no podía evitar mirar constantemente por encima del hombro. Aún recordaba la forma en que sus ojos se encontraron con los de Koneko. Su corazón latía a mil por hora y podía sentir cómo golpeaba dentro de su pecho con fuerza y a un ritmo apurado y constante. Se mordió la lengua en un intento de que el dolor lo ayudase a centrarse o calmarse... O que lo despertase de ese sueño tan bizarro donde se encontraba.
Ninguna de las opciones mentadas ocurrió, lamentablemente.
Dobló en una esquina de la calle a paso rápido y sin ver adecuadamente al frente por haber visto sobre su hombro hasta ese instante, y pronto sintió que chocaba con alguien, lo que causó que se tambalease hacia atrás. Escuchó un chillido femenino y, confundido, bajó la mirada.
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La Reina Demonio y su Dragón Emperador
FanfictionUn día como cualquier otro, Issei estaba volviendo a casa de la escuela. Sin embargo, algo llamo su atención. Le pareció notar un destello extraño en un callejón, y, al fijarse dentro, notó que había una niña de cabello blanco noqueada en el suelo. ...