¿𝐂𝐨𝐦𝐨 𝐦𝐢𝐞𝐫𝐝𝐚 𝐥𝐥𝐞𝐠𝐚𝐦𝐨𝐬 𝐚 𝐞𝐬𝐭𝐨? : ˡᵒˢ ᵈᵉˡ ᵉˢᵖᵃᶜⁱᵒ

𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐒𝐞𝐢𝐬: 𝐌𝐢𝐦𝐨𝐬, 𝐜𝐨𝐧𝐬𝐞𝐣𝐨𝐬 𝐲 𝐩𝐥𝐚𝐧𝐞𝐬

★・・・・・・・★・・・・・・・・★

:✰: ✦ ˚ 　· 　　 . :✰: ✦ ˚ 　· 　　 .

:✰: ✦ ˚ 　· 　　 . :✰:

• :✰:

· •.

✦ ˚ 　· 　　 .

· •. :✰:

:✰:

•. ✶

˚ · .　　 ·

:✰:

✧

— Señora Martha, que gusto de verla. — Matías saluda a la madre de Mauro. Quien terminó llevando a su casa, tal como el ojiverde se lo había pedido y en un tiempo demasiado corto.

—Lo mismo digo Mati. — la contraria responde, para después darle un abrazo al contrario, quien lo recibe sin dudar. —¿Y Mau dónde está? — pregunto cuando el abrazo finalizó. —Es que me llamó hace rato y me dijo que viniera. — dijo, exponiendo el motivo de su inesperada llegada.

—Mauro está en la sala, así que pase por favor. — Spallatti indica, dejando pasar a la mayor, quien no tardó en ser guiada hacia donde se encontraba su hijo.

— Mauro. — Martha pronunció, al ver a su niño recostado en el sofá mientras tenía entre sus piernas a dos gatos.

—Hola. — Monzon saluda débilmente, mientras quitaba a Leon y a Sativa de sus piernas. —Viniste rápido. — comentó, dándole espacio a su madre para que se sentara a su lado.

—Te escuchabas mal, así que vine de inmediato para ver como estabas. — Jardon responde, esperando pacientemente a que su hijo le dijera algo.

—Yo voy a dejarlos solos. — Matias murmuró, para después irse en silencio hacia su habitación en compañía de sus mininos, quienes no dudaron en ir detrás de él.

—¿Y qué fue lo que sucedió? — la madre del ojiverde le cuestionó con cierta curiosidad, al ver que el otro no le decía nada. Enfocando su mirada únicamente en sus manos, como si fueran lo más interesante del mundo.

—Bueno... — Mauro susurro lleno de pena, arrepintiéndose ligeramente de haber llamado a su madre para hablar de su problema —Lo que pasa es que me discutí con los demás, en sí, con Thomas y todo por unos serenitos de mierda. — confeso.

—¿Unos serenitos? — Martha pregunta confundida. —¿Por qué unos serenitos te hicieron pelear con Thomas? Si a vos no te gustan los serenitos, a vos te gustan los helados de agua. — señaló.

—Lo sé, hasta vos sabes que no me gustan los serenitos y no los pelotudos que tengo por novios. — Mauro declaró enojado y resentido por lo mal que se la paso. —Pero el punto es que Thomas me acusó de haberme comido sus malditos serenitos, y a manera de venganza por lo que supuestamente hice. Él tiró a la basura todos los helados de agua que yo había comprado para toda la semana y eso me hizo enojar demasiado, así que empezamos a discutir como unos maniáticos. — comentó. —Pero después Enzo nos retó a los dos, por lo que nos fuimos a otro lado, aunque no nos dirigimos la palabra en todo lo que quedó del día. — agregó. —Y yo no iba a estar en un lugar donde me sentía mal, así que tomé mis cosas cuando amaneció y me vine para acá. — dijo, dándole el contexto suficiente a su madre para que entendiera la situación.

—Comprendo. — Martha habló vacilante, mientras pensaba en lo que iba a decir. —Ahora entiendo porque Enzo se escuchaba tan nervioso cuando me llamó. — dice. —Parecía estar preocupado y asustado por algo, que también logró preocuparme demasiado.