Capítulo 27: Nuestra última semana juntos.

115 12 31
                                    

Cuanto más intento indagar en aquella última semana junto a June, algo dentro de mí me grita que ella ya se había estado despidiendo desde el primer momento que pisamos la playa

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Cuanto más intento indagar en aquella última semana junto a June, algo dentro de mí me grita que ella ya se había estado despidiendo desde el primer momento que pisamos la playa. Ella parecía tan feliz que era inevitable pensar que comenzaba a mejorar, sin embargo, siempre existió un extraño factor que no nos permitía ser totalmente consciente de su verdadero estado. 

Aunque aquello no le comprendí hasta que la vida de June se escurrió entre mis dedos y la perdí. 

No obstante,  debo advertirte que quedaba una larga semana para ello y deseo recordarla como la adolescente alegre que pisaba por primera vez las olas, gritando de emoción, fundiendo los dedos de sus pies en la arena y sonriendo. 

Lo he intentado muchas veces, recordarla de esa forma, al fin y al cabo, las personas siempre siguen vivas en los recuerdos y yo deseo que eso siga siendo así. Quiero que en la eternidad, June no sufra y, aunque su muerte me ahogó en una profunda tristeza de la que intentaron ayudarme una gran cantidad de psicólogos y terapeutas, ese dolor nunca se marchó.

¿No suelen decir que el primer amor nunca se olvida? 

Para mí, June sigue viva. No importan los años. Pues cuando apago las luces de mi solitario departamento en la ciudad, sigo reviviendo todos los momentos que vivimos juntos: las caricias, las miradas cómplices, nuestras visitas frecuentes al acuario, sus manos aferrándose a mi cintura mientras conducía hasta mi departamento, su cabeza contra mi pecho cuando veíamos alguna película en mi portátil... Puedo seguir enumerando un montón de cosas que después de siete años siguen en mi cabeza, pero prefiero que el Gale adolescente siga disfrutando más tiempo. 

Y no quiero despedirme de ella. 

Desde un principio, obvie el hecho de que me enfrentaría al ring de nuevo. Necesitaba descansar la mente durante esa semana y disfrutar de mi primer viaje tras el suicidio de mi madre. Además, debía sentirme afortunado por poder despedirme de mis amigos y June antes de marcharme a Nueva York. 

El primer día después de nuestra llegada, June fue la primera en levantarse. Se vistió con un diminuto vestido veraniego que le quedaba de lujo y nos esperó en la sala del bufet sin darnos prisa, disfrutando de las hermosas vistas que se podían apreciar desde nuestra mesa. Me senté a su lado, obligándome a madrugar para pasar más tiempo a su lado, y ella me regaló una tímida sonrisa que me provocó un hermoso cosquilleo en el pecho. 

—Buenos días, Gale. 

—Buenos días.

Me miró a los ojos por unos breves segundos, sin la necesidad de seguir alargando la conversación y una de sus manos comenzó a arreglar mi cabello revuelto con empeño. Yo, por otro lado, me dediqué a cerrar los ojos y disfrutar de su tacto. Sonriente. 

Minutos más tarde, June abandonó mi pelo negro y levanté los párpados para observar a Kurt y Todd, quienes se sentaron frente a nosotros con sus platos llenos de bollería. Mi hermano se sorprendió por la sonrisa que adornaba mis labios y, aunque no dijo nada de esto, no apartó los ojos de mi nueva forma de ser, pues no estaba acostumbrado a verme fuera de mi máscara de frialdad. 

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Mar 30, 2022 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Un lugar donde nadie pueda hacernos daño. [Saga: TEEN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora