Cap 4: parte della squadra (?

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        MALDICIONES Y AMENAZAS fueron lo primero que soltó Roa en cuando comenzaron a andar

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MALDICIONES Y AMENAZAS fueron lo primero que soltó Roa en cuando comenzaron a andar. Para ella el gritarle a la gran tortuga que la tenía en brazos "¡Ni se te ocurra soltarme Raphael, porque te juro que si lo haces, te jalaré las patas mientras duermes!" y cosas por el estilo en italiano, parecía lo más sensato de hacer; esto a la par que se afianzaba con fuerza al cuello del mutante.

Eran gritos amenazadoramente dignos de reírse o de temer, una de dos.

Claramente la sensación que le abordó en un principio la asustó de sobre manera, una reacción corporal normal. Cuando se acostumbró a las sacudidas, saltos, subidones y bajones bruscos que daba el mutante, la adrenalina ya se había apoderado de su cuerpo y disfrutó como pudo aquel turbulento recorrido. Se sentía en la atracción más extrema de un parque de diversiones.

             Para Raphael llevar a la peculiar muchacha fue un tanto incómodo, pero en un sentido raro y contradictorio.

No entendió ni una mierda de los insultos o evidentes amenazas que la morena le gritó al inicio del camino, así como tampoco entendió su repentino cambio de actitud.

Ella le pareció tan rara que la curiosidad le invadió sin quererlo. Suponía que sería interesante conocerla un poco más. Valía la pena de todos modos, fue ella quien no los trato como monstruos o fenómenos en cuando los vio.

Jamás se había sentido aceptado de ese modo y la verdad es que ni él, ni ninguno de sus hermanos habían experimentado algo así; querían conocer a Roa D'Angelo sin duda alguna.

         De un momento a otro el recorrido se detuvo y por ende las sacudidas y saltos también lo hicieron. El particular olor a desagüe le dio una idea de en donde podrían estar; los baldíos o en el sistema de alcantarillado de la ciudad.

Tenía sentido para ella, eran tortugas después de todo, necesitarían agua y esas cosas, ¿no? Al menos las tortugas de las tiendas de mascotas tenían un tanque con agua y un poco de tierra...

Su mente estaba trabajando más rápido de lo usual ese día, un respiro no le caería mal.

—¿Ya llegamos? —se atrevió a preguntar unos segundos después de que se detuvieron. Al mismo tiempo sintió como Raphael dejaba de sujetarla firmemente y la dejaba en el suelo.

—Si, ya llegamos, rulitos —confirmando ya lo obvio con una suspicaz y diminuta sonrisa ladina que obviamente ninguno fue capaz de notar, mucho menos Roa.

—¿Es el mejor apodo que se te ocurrió, —era increíble cómo incluso en las situaciones más raras y peligrosas, su tono burlista estaba presente, como si tener un costal de quién sabe qué en la cabeza fuera cosa de todos los días. —orsacchiotto di peluche?

Obviamente que el de rojo no entendió un carajo y eso lo estreso un poco, ya tenía rato sin saber qué estaba diciendo. ¿Se estaba burlando de él sin que lo supiera? No, claro que no se quedaría con eso.

*.•𝙎𝙘𝙞𝙤𝙘𝙘𝙤 | Raph.•.* | tmnt 2014/2016 ❁Donde viven las historias. Descúbrelo ahora