Capítulo 12: Problemi e ancora problemi

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TCRI

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TCRI. MANHATTAN, NEW YORK. 9:45 AM.

—¿Era necesario quitar todo el cable? —no engañaría a nadie, ya sabía dónde estaba la memoria de la cámara, pero se divirtió mucho viendo cómo Vernon rompía la pared.

—Si sabías donde estaba desde un principio ¿no se te ocurrió, no se, decirme? —el castaño estaba fastidiado y por sobre todo, se sentía estúpido por no ver algo tan obvio.

—No hubiese sido divertido —ya habían conseguido los videos de seguridad que necesitaban, ahora debían de llegar a la estación de policía cuanto antes. Una vez llegaron al parking, Roa se dirigió a una moto negro mate y le lanzó un casco al contrario. —Sube, así llegaremos más rápido.

—¿En eso? —a duras penas había podido agarrar el casco que la chica le había lanzado. —¿A caso sabes conducir?

Cabe destacar nuevamente que Roa era una fanática de las motos, es por eso que en su primer cumpleaños en la gran manzana, hace 5 meses, su padre y Casey le habían regalado una Honda CTX700N 670 cc, negro mate del año pasado. Ese sin dudas fue el mejor día de toda su vida y amaba con todo su ser a esa máquina, era su bebé.

—¿Qué? —preguntó la morena con burla. Ya estaba encima de la moto, hizo rugir los caballos de fuerza y miro al mayor con sorna. —No seas gallina y súbete de una vez, pájaro.

—Por ultima vez, es "Halcón", no pájaro —disimulando lo mejor posible su creciente pánico por morir gracias a una loca al volante, se subió detrás.

—Pff, es lo mismo —rodó los ojos y antes de que Vern pudiera contestar, arranco de golpe directo a la estación.

       Claramente el grito del castaño fue amortiguado por el rugir de la moto, todo mientras la italiana estaba descojonándose en sus adentros. Comenzaba a sentirse mal por estar burlándose del pobre hombre cada dos por tres, pero es que se le hacía inevitable.

No tardaron mucho en llegar. Si bien Roa conducía a una velocidad moderada, iba lo suficientemente rápido como para que el ojiazul se aferrara a ella con fuerza y esto solo le causaba risa.

—Recuérdame no volver a subirme a una moto conducida por ti jamás en la vida.

—Ja, vaya bebé llorón resultaste ser —estaban caminando por los pasillos de la estación de policía, siendo guiados por una muchacha en servicio.

—Solo debes reconocer que estas loca —murmuro de vuelta, debía de actuar con decoro y profesionalismo en público, a fin de cuentas él era el Halcón Fenwick.

Después de unos minutos caminando, llegaron a la sala de archivos y evidencias, en donde todos estaban trabajando de aquí para allá y de allá para acá. Roa llevaba puesta una gorra para intentar tapar su rostro un poco. No quería encontrarse con nadie conocido en la estación luego del incidente con las tortugas, muchísimo menos con su padre.

*.•𝙎𝙘𝙞𝙤𝙘𝙘𝙤 | Raph.•.* | tmnt 2014/2016 ❁Donde viven las historias. Descúbrelo ahora