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WILLIAM

Estas últimas semanas han sido complicadas, no solo en lo que respecta al trabajo y el caso de la familia Davies, sino también la ruptura con Anne y el echo de que yo sea su compañero designado.

-... tierra llamando a Will.- tenía el rostro de mi ex-pareja justo frente a mi.- ¿Qué? ¿Pensabas en mí?

Ella rió pero a mi no me causó ni una pizca de gracia, tenerla frente a mi era una continua tortura, y aún más por haber aceptado quedar como amigos.

-Pienso en el caso.- respondí seco y me puse de pie, alejándome de ella.

A medida que me alejaba de ella en dirección al baño, podía escucharla decirme "sé que no piensas eso." Una vez dentro pude obtener la deseada paz mental, al menos así podía centrarme un poco para estudiar el caso.

Abro el expediente y lo primero que encuentro es una foto de Jeremiah Davies, comienzo a leer la información, fechas, informes de cuando estuvo en prisión en 1990, se le restaron años por buen comportamiento, además de datos sobre sus tres matrimonios. Al dar vuelta la página, hay una foto del cuerpo del hombre junto a su nueva esposa.

Sigo pasando las páginas, pero no encuentro nada sobre su única hija, solo un acta de nacimiento que no nos sirve ni un poco. Nadie sabe quien es, mucho menos donde está, lo único que se sabe es que Rose Davies podría ser el mismísimo diablo. Es aún más escurridiza y mortal que su padre, mancharse las manos con sangre le da igual, y jamás deja rastro.

Mi teléfono comenzó a vibrar, lo saqué del bolsillo de mi chaqueta y pude ver el mensaje, era el director de la agencia, el cual decía: "Urgente a mi oficina."

Me apresuré a cumplir con aquella orden. Al llegar, di dos toques a la puerta y esperé inmóvil. La puerta se abrió y el director me hizo un ademán para que me adentrara y comenzó a hablar mientras volvía a su asiento detrás del escritorio

-¿Entiende por qué se le designó un nuevo compañero, agente Aspen?

-Si, señor.- hablé firme.

-Entonces espero que trabajen en conjunto y no encerrados en el baño.- a pesar de estar regañandome, le causaba gracia.

-Haré el esfuerzo, señor.

-Bien.

Miró a la pantalla de su computador y comenzó a teclear, por lo que entendí que nuestra pequeña reunión había acabado. Cuando me dispuse a salir, volví a sentir su voz.

-Agente Aspen.- habló firme.

-¿Si, señor?

-Su compañero, el agente Simon...

-Sigue desaparecido, señor.- le interrumpí.

-Lo sé, creemos haber hallado su cuerpo.- percibí su tristeza.

-¿Está...?- no pude acabar la frase.- Lo lamento, señor.

-Murió en su ley...- su voz se quebrantó.- Lo mataron, lo encerraron e incendiaron el lugar.- habló con odio.

Lo entendía, era muy doloroso enterarse de algo así, de que tu compañero y casi hermano fue asesinado. Pero estaba seguro de que su padre sufría muchísimo más por aquello, sin embargo, no podía permitirse derrumbarse frente a los demás agentes.

Esperé un par de minutos para retirarme, sin embargo seguía sumido en mis pensamientos y en mi sed de venganza. Sé bien que esto último no es correcto y mucho menos teniendo en cuenta mi trabajo.

—¿Estas bien?— Nuevamente la voz de Anne.

—Vamos a resolver este maldito caso, así me cueste la misma vida.— El enojo era notorio en mi voz.— Simon merece justicia.

Ella solo asintió, y yo seguí mi camino en dirección a mi departamento, donde tenia más información del caso y así podría seguir investigando sobre Jeremiah Davies y su maldita hija Rose. Encontraré a esa asesina y haré justicia sin importar a que costo.

Queen [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora