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Antes de empezar con este capítulo, quería disculparme con ustedes por semejante retraso.
Sé bien que no es algo que sea de su interés y tampoco quiero que lo sea, pero merecen una disculpa por la tardanza. Intentaré estar mas activa para que puedan disfrutar de esta historia, sus personajes y demás.

ROSE

Luego de discutir con Chris por un rato por mi loca idea y lo riesgosa que podía llegar a ser, él acabó por acceder. Así que rápidamente nos adentramos en uno de los tantos coches que se encontraban en el garaje, esta vez conmigo al volante, y salimos disparados hacia aquel bar.

—Sigo pensando que esto es una mala idea.— Chris rompió el silencio mientras yo estacionaba.

—Ya cállate, ¿quieres?

Bajamos del coche para adentrarnos en un bar que se encontraba cercano a muchas oficinas, buscamos un sitio donde sentarnos en la barra y pedimos nuestras bebidas. Minutos después y a pesar del ruido del lugar, oí el tintineo de la campanilla que se encontraba en la puerta e inconscientemente me volteé de manera discreta para encontrarme con un grupo de hombres jóvenes.

Volví a girarme, en el fondo algo decepcionada, pero Chris tocó mi hombro haciendo una seña hacia la puerta nuevamente, entonces lo vi. Tenía al famoso William Aspen a metros de mi, había aflojado su corbata, su camisa estaba desarreglada y se le notaba agotado.

—¿Desea que le sirva otro trago, señorita?— ofreció el hombre detrás de la barra.

—Por favor.

Le acerqué mi vaso a la vez que volteaba a ver al agente Aspen, quien acompañado de otro posible agente, se aproximaba a la barra. Di un trago a mi whisky sin poder despegar mis ojos de ese hombre que parecía haber notado que alguien le miraba.

Señorita, ya deberíamos irnos.

Mi guardaespaldas tenía razón, mientras más tiempo estábamos aquí, el riesgo de que nos atraparan o reconocieran aumentaba.

—Bien, si no queda de otra...— admití poniéndome de pie.

Dejé unos cuantos billetes junto al vaso casi vacío del cual había estado bebiendo, y nos marchamos. Al salir, una correntada de aire fresco recorrió mi piel, cosa que disfruté antes de subirme al coche.

***

Desperté envuelta en las sábanas de mi cama y a mi izquierda, se encontraban los hermosos perros que había adoptado tiempo atrás. Quise voltear pero algo me lo impedía, giré mi rostro para encontrar a uno de los hombres de Chris durmiendo plácidamente.

—Alguien despierte a la señorita Davies, es importante.— oí que una voz femenina decía a lo lejos.

Me apresuré a ponerme de pie y acercarme a la puerta, que al abrirla, encontré junto a ella un par de mis mejores hombres. No entendía el sonrojo del más joven, hasta que miré mi cuerpo y noté que lo único que traía eran mis bragas, pero me dio igual.

—Oí que me necesitan, ¿de qué se trata?

—Señorita, hay una mujer que necesita de su presencia.

—Bien, iré enseguida.— cerré la puerta y tomé una bata de seda que se encontraba tirada en el suelo.

Recorrí la casa hasta llegar al que antes había sido el despacho de mi padre, donde encontré a Kate.

—¿Qué sucede?— solté sin más.

Cuando iba a darme una respuesta, se oyó un estruendo, y segundos después, vi el cuerpo de la persona frente a mi desplomarse con un charco de sangre formándose a su alrededor.

Queen [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora