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ROSE

Estando dentro de uno de los coches que el tío de Chris me consiguió, me encontraba escondida en la oscuridad. Frente al triste apartamento de el agente Aspen, esperando a que llegue a su hogar.

Luego de casi 50 minutos, lo vi doblar en la en la esquina y caminar en a donde me encontraba. Lo vi entrar al edificio, esperé a que su piso se ilumine, y entonces marqué a su teléfono, luego del primer tono, respondió.

—Aspen, ¿quien habla?

Me bloqueé, no supe que decir. Suspiré intentando encontrar las palabras, pero él se me adelantó.

—¿Rose?

Escucharlo decir mi nombre produjo que mis ojos se llenaran de lágrimas, no entendía el porqué, jamás me había pasado algo así.

—Eres tú, ¿verdad?— volvía a hablarme.

—Tenemos que hablar.— pronuncié con voz entrecortada.

—Bien, habla.

—Por aquí no, en persona.— me aclare la garganta.

—¿Donde?

—Estoy abajo, en el coche azul frente a tu edificio.— me limpie las lágrimas que caían por mis mejillas.— Ven rápido, por favor.

Colgó, y se me formó un nudo en el estómago. Vi su apartamento oscurecerse, y 3 minutos después, se encontraba entrando al coche.

No me reconocía, ni siquiera me atrevía a mirarle, me mantenía mirando hacia delante pensando en qué le diría y como.

—¿Qué quieres de mi?— su tono fue duro.

—Quiero decirte algo.

—Suéltalo, no tengo mucho tiempo.— parecía molesto.

—Han pasado cosas muy grandes.

—¿Si?, ¿cómo que?

Cerré mis ojos un momento, tomé aire un par de veces y junté todas mis fuerzas para mirarlo directo a los ojos.

—Quiero... voy a entregarme.— lágrimas caían por mi rostro.— Pero a cambio debo pedirte un favor...

—¿Qué te ha hecho tomar esa decisión? Si es que hasta hace un tiempo ni siquiera teníamos un rostro para buscar, era imposible localizarte, jamás tuvimos ni una sola pista de tu puto caso hasta...— cubrí su boca con mi mano.

—Estoy embarazada.— solté.

Noté como se tensó, sus ojos abiertos de par en par. Apartó mi mano de su rostro de manera brusca.

—¿Por qué me dices esto?

—Eres el padre, y necesito que me prometas que vas a cuidarlo, que lo apartaras de mi mundo a toda costa, incluso se debes alejarle de mi.

—¿Qué me estás diciendo?

—No voy a permitir que sufra lo mismo que tuve que vivir yo con mi padre.

Le vi asentir para luego bajarse del coche dando un portazo, volteó por menos de un segundo y se adentró al edificio, me quedé unos minutos esperando a que volviera, pero eso no sucedió. Encendí el coche y conduje sin rumbo toda la noche, solo para pensar en como sería mi vida de ahora en más.

Queen [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora