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WILLIAM

Luego de la impactante noticia que Rose me había tirado encima como si fuese un balde de agua fría, salí del coche y de manera apresurada caminé hasta el bloque de apartamentos en el que vivía.

"Estoy embarazada", "tú eres el padre", palabras que jamás espere escuchar de alguien como ella, y mucho menos la petición que le siguió.

Al entrar en mi sala me asomé por la ventana estando aún en medio de la oscuridad, pero ella ya no sé encontraba allí. Miré el reloj que colgaba en la pared, las manecillas marcaban las 10:48 PM.

Necesitaba a alguien a quien acudir, y la única persona que pasó por mi mente fue Anne, mi exnovia y compañera. Sin pensármelo dos veces, tomé mi teléfono y le envié un texto pidiendo que venga a verme lo más pronto posible, y así fue.

En menos de 10 minutos, ella estaba atravesando el portal de entrada a mi casa. Llevaba un moño despeinado, una camiseta ancha que no me permitía ver que vestían sus muslos y unas zapatillas deportivas.

—¿Qué ha pasado?— me habla preocupada.

—Rose Davies.— solté.

—¿Qué hay con ella?

—Va a entregarse, me lo ha dicho esta misma noche.

—¿Cómo lo sabes?, ¿le has visto?— asentí.

En ese momento, su rostro de mi exprometida se desfiguró completamente, y empezó a insultarme en mil idiomas diferentes. Yo solo la escuché e intenté calmarla, pero no había caso.

—¿Cómo se te ocurre?, después de todo lo que te hizo pasar y tú solo te acercas a esa mujer como si nada, que si te hubiese querido matar lo habría hecho tranquilamente, y tú en tu mundo.— suspiró y cuando estuvo más calmada se dignó a hablar.— ¿Qué nos asegura que lo hará?

Mi mente divagó, ¿debía decírselo?, ¿debía confesarle que tendría un hijo con la reina de la mafia?

Recordé algo que Rose me contó la misma noche que ebria confesó lo que sentía por mí.

—¿Qué es esa marca de tu brazo?— indagué acercándome lento.

¿Esta de aquí?— señaló y asentí.— Mi padre.

¿Discutían mucho?

—Si, cuando cumplí mis 18 me rebelé, desde ese entonces él me temió.— sus ojos se llenaron de lagrimas— Pero no es eso.

—¿Entonces que es?— besé la cicatriz de manera delicada.

—Toda mi vida sufrí maltratos.— confesó.— La noche antes de mi séptimo cumpleaños, mis padres discutieron, Jeremiah estaba molesto porque mi madre había sido pésima mujer por no haberle dado un hijo varón, y entonces vi como la asesinó. cerró sus ojos e intentó normalizar su respiración.— Abusó de mi durante años, jamás me enseñó al mundo porque yo le repugnaba, al igual que él a mi.

>>Días después de la última vez que me puso una mano encima, me rebelé, me presenté en la reunión más importante de su vida y armé un escándalo, se volvieron locos al saber que yo en realidad no había muerto en un accidente con mi madre. sonrió de manera enfermiza.— Les dije a todos la verdad, también en aquella reunión asesiné a todos sus colegas, los posibles compradores y dos de sus hombres. Desde entonces aprendió a respetarme.— concluyó.

Volví a la realidad aun sin saber que respuesta le daría a Anne, pero debía decir algo rápido.

—Eso es algo entre ella y yo, no hablaré de ello ahora.

—Bien.— pronuncio molesta.— Debemos poner en funcionamiento un operativo en caso de que sea falso.

***

Trabajamos toda la noche sin parar, todo debía ser perfecto. Si todo salía bien, atrapariamos a la reina de la mafia y a muchos de sus hombres.

—Aspen, es hora.— habló el director de la agencia.— Debe hablar con Davies y acordar hora y lugar.— asentí.

A pesar de parecer calmado, por dentro estaba muriendo, no sabía que era lo que sucedería hoy. Debía esperar que Rose cumpliera su palabra, y entonces en unos meses tendría un bebé del que hacerme cargo.

Marqué el número que tenía de la señorita Davies, esperé un par de tonos y respondió.

—¿Lo harás?

—Fue lo que acordamos, ¿no es así, agente Aspen?

—Bien, nos vemos en una hora en el parque cerca de mi apartamento.— colgué.

Comencé a prepararme, repasamos todo con el equipo y me dirigí al sitio que habíamos acordado. A lo lejos divisé su figura, miré hacia todos lados buscando algún sospechoso, pero no había nada.

—Señorita Davies.— le saludé.

—Agente Aspen.— extendió su mano y la estreché.

—¿Está segura?, ¿no hay engaños detrás de este plan?

—Soy una mujer de palabra, lo sabe.

—Bien, acompáñame.

Comenzamos a caminar en dirección al bloque de edificios donde vivía, en el cual nos estaba esperando el resto del equipo. Allí se encargaron de esposarle, nos adentramos en un coche y nos encaminamos a la agencia.

A tan solo unos metros del lugar se estacionó el coche, nos bajamos y comenzamos a andar, entonces todo se descontroló.

Se oyó un disparo, rápidamente volteé encontrando el cuerpo de Rose sin vida a tan solo unos metros de mi. Luego, todo se oscureció.

Queen [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora