Broma pesada

678 31 2
                                        

Busqué la llave en mi bolso y entré al departamento muriendo por tomar una siesta y feliz por tener una tarde libre después de tanto trabajo.

Tiré mis cosas al suelo sin importarme el desorden, quité mis tacones y caminé hasta el dormitorio, pero algo llamó mi atención. Escuché ruidos extraños provenientes del cuarto.

Cuando puse mayor atención todo mi cuerpo entró en alerta.

Me acerqué más y ahora no tenía dudas de los que estaba escuchando. Mi corazón comenzó a latir muy rápido.

Escuchaba los gemidos de Camila al otro lado de la puerta. Claramente yo conocía muy bien esos gemidos.

Sentí un frío recorrerme de pies a cabeza por miedo a lo que vería al abrir.

Puse mi mano en la manilla de la puerta, pero me arrepentí dando un paso atrás mientras los gemidos se hacían más fuerte y eran acompañados por una voz masculina. Era evidente lo que estaba pasando allí, quizás no era necesario verlo con mis propios ojos.

Sacudí mi cabeza queriendo dejar de escucharlos y en un arrebato de valentía abrí de golpe la puerta y pude ver a mi futura esposa debajo de las sabanas con un tipo desconocido para mí. Ambos voltearon a verme con sorpresa.

Ex futura esposa.

Yo no debía estar aquí a esta hora, Camila lo sabía, pero por un problema en el trabajo nos mandaron a casa antes de lo normal. Jamás esperé encontrarme con esto.

Sentí como mi corazón se apretaba dentro de mi pecho.

Quise llorar, gritar, golpear algo, pero no podía reaccionar.

¿En verdad mi Camila había sido capaz de hacerme esto?

Puse ambas manos en mi garganta porque me estaba costando respirar.

—¿Lauren?— escuchar la voz de Camila me provocó náuseas

Como pude caminé hasta la sala y me senté.

Debía irme, debía salir de aquí, pero no estaba en condiciones.

Enseguida vino Camila y ese mal nacido.

—Te puedo explicar lo que viste.

No, no, no.

No quería escucharla, pero la voz no me salía.

Sentí lágrimas caer por mi rostro sin parar. Al menos podía llorar.

—Lauren, amor, respira. —Me alejé bruscamente de su tacto.

Ella jamás volvería a tocarme.

Miré la puerta del departamento.

Me quería ir, pero sentí como me faltaba el aire cada vez más y más, la vista se me comenzó a nublar, pero en ese momento él fue quien me ofreció un vaso de agua.

Bebí sin decir nada, porque no quería desmayarme. Quería irme.

Pasaron los minutos y comencé a sentirme mejor.

Ella sentada a mi lado, con miedo a que rechazara su toque, y el de pie y con brazos cruzados observándome con lástima.

Busqué con la mirada mis zapatos e intenté levantarme.

—Espera, tengo que explicarte lo que viste — La ignoré. Fui a recoger mis zapatos, cogí las llaves de mi auto —Lauren, él es... — Cuando abrí la puerta para salir, ella me tiró hacia atrás haciendo que volviera a entrar.

—¡Es una broma! — escuché los gritos y vi a Luke y Sandy salir con cámaras. Comenzaron a reír y vi a ese tipo desconocido para mí ir a mi cuarto y volver con una cámara en mano.

Relatos CAMRENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora