El espacio entre nosotras

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Estaba velando el sueño mi hijo cuando sentí las manos de Lauren en mi cintura. Me mantuve en la misma posición, mientras que ella se pegó más a mi cuerpo comenzando a besar sensualmente mi cuello. Aquello me hizo suspirar.

—Lauren... —dije su nombre en un susurro para no despertar a Nick, pero Lauren lo tomó como un incentivo para seguir.

Sus manos subieron a mis pechos y los sostuvo con un poco de presión. Adoraba hacerme eso.

Inconscientemente hice mi cabeza a un lado para dejarle más espacio a los besos. Su lengua se deslizaba por mis puntos sensibles, para luego jugar conmigo dándome sutiles mordidas.

—Amor... — Intenté detenerla, pero ella me hizo girar quedando frente a frente y atacó mi boca con un beso apasionado que me dejó sin aire.

—Llevemos a Nick a su cuna.

—No... — apenas pude hablar al sentir como nuevamente bajaba sus besos a mi cuello e iban bajando por mi pecho. — Laur, por favor, sabes que no podemos hacer esto frente a él.

—Llevémoslo a su cuarto. — Solté un fuerte suspiro y con ambas manos me separé de su cuerpo para poder calmar mi mente y mi cuerpo.

—No quiero que duerma solo, lo sabes.

Ella me quedó viendo seriamente, con su respiración agitada.

No quería comenzar otra discusión.

—Le puede pasar algo, se puede ahogar, se puede caer... — Dije de manera calmada para que me entendiera, a pesar de ya haberlo conversado muchas veces. — No lo vamos a poder proteger si lo tenemos en otro cuarto y yo no voy a poder dormir tranquila. Solo tiene 9 meses y...

—Entiendo. — Dijo secamente interrumpiéndome mientras asentía con su cabeza. Dio media vuelta para salir de nuestro dormitorio.

—Lauren — La llamé, pero me ignoró.

Mierda.

Odiaba estar enojada con ella, y últimamente lo estábamos todo el tiempo.

Nick acaba de cumplir sus 9 meses. No puede pretender que duerma solo.

Después de que naciera solo habíamos tenido sexo 6 veces, y eso lo sé porque ella me lo reprochaba todo el tiempo.

No es que no quisiera estar con ella, claro que quería, la seguía deseando como loca, pero ahora es distinto porque nuestro hijo requiere de toda nuestra atención. Ambas somos madres primerizas, creo que ella debería tener más consideración. Sin embargo, compartía su frustración, pero me debatía constantemente si dejarlo con mi madre o mi suegra, o hacerlo mientras él está en el cuarto de al lado. Ninguna opción me gustaba. Tenía la necesidad de estar con él todo el tiempo, aún sabiendo que eso no estaba bien.

Me preparé para dormir y antes de meterme a la cama, caminé hasta la escalera para poder ver a Lauren en la primera planta viendo televisión.

Mordí mi labio queriendo ir con ella o pedirle que suba a dormir conmigo, pero no lo hice. Quizás era mejor darle su espacio.

Me acosté de lado en la cama para poder observar de mejor manera a mi pequeño, quien dormía en nuestra cama, entre nosotras.

Los minutos pasaban y no me podía quedar dormida. Discutir con Lauren me provocaba mucha ansiedad. Me mantuve atenta a los sonidos que ella hacía; removiéndose en el sofá, cambiando canales... Al rato todo quedó en silencio y escuché sus pasos venir.

La vi entrar, pero ella no me dirigió la mirada. Se puso la pijama y lavó sus dientes sin decir nada, y se acostó en su lado de la cama. Cuando pensé que iba a imitar mi postura y así quedar frente a frente, ella besó la cabecita de Nick y volteó para darme la espalda.

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