🄻🄰 🄸🄽🄵🄸🄻🅃🅁🄰🄳🄰

C11

La mexicana guardaba silencio mientras escuchaba las desventuras de España, que a sus ojos más bien le parecía una hermana mayor que se siente su mamá.

— y esa idiota de Francia resultó ser toda una vivirá inmunda.

— chale

— no le vuelvo a mandar un vestido en mi vida... Bueno...— soltó un suspiro y se acomodó en su lugar.

Ambas estaban en una habitación, la que le prepararon a España mientras se recuperaba su tierra.

— ¿Y cómo has estado Mex?

— pues... Bien, cansada, con sueño, regañada, adolorida y todavía con unas heridas

— Ohhh mi niña, ten...— le sirvió una tacita de té— me lo regaló una ocasión Austria, él dijo que era bueno contra el malestar.

— uhhh ya me había olvidado de ese wey

— oh! Te comprendo, los ex siempre son un dolor de muelas

— fue un buen esposo en su momento pero al chile no es mi tipo

— mi niña, ningún hombre es tú tipo— dijo riendo— nunca te ha gustado nadie

— es que ninguno... Es... Cómo decirlo...

— ¿Atento?

— no...

— ¿Guapo?

— no ...

— ¿Sincero?

— más bien, no me gusta que sean tan... ¿Sobreprotectores? No sé, quiero a alguien que me respete y confíe en mí, no me pida cambiar quién soy para hacerlo feliz.

— Ohhh pequeña... — se quedó pensativa un momento — ... A decir verdad eso es pedirle mucho a un hombre

— yo creo que tarde que temprano me enamorare de alguien pero no tengo prisa

— a sí es Mex, tú no le ruega a nadie, recuerda lo que siempre me decía mi padre {Imperio español} : «la mujer es rogada no rogona»

México río bajo por el comentario y comenzó a beber el té

— ¿Y qué ha sido de Austria?— preguntó un poco curiosa

— sigue soltero, nunca mencionó y dudo que mencioné sobre su matrimonio

— eso me alegra

— sí... — se rascó la mejilla nerviosa

— España...— dijo dudosa

— bueno, está bien tal vez si me llegó a mencionar algo sobre ti

— ¿Qué te dijo ese pendejo?

— que no eras fina, te faltan modales, eres muy altanera, que nunca cediste con él... Y otras cosas, ya vez que si no les das lo que quieren se ponen en tú contra

La mexicana soltó un suspiro un poco entristecido

— y eso que hasta traté de ser una buena esposa...— bajo la cabeza triste

España se percató y la abrazo acurrucando la en su regazo como cuando era más pequeña

— yo sé que quisiste ser buena Méxi, fue ese hijo de puta que no sabe valorar lo que tiene, siempre fue de masculinidad frágil — la mexicana no pudo evitar corresponder el abrazo y soltar unos hipidos— ya ya mi niña no llores, ese idiota solamente te quería de concubina, estuvo bien que se largo de tú vida.

— *snif* es que de verdad intenté ser buena... *Buaaaa* no es mi culpa ser como soy!, *hip* *hip* yo solo quería ayudar con mi pinche independencia! Ni quería casarme con ese pendejo! — continúo desahogandose

— lo sé lo sé, era un sacrificio importante

— buaaaa

— si tú papá estuviera aquí ten por seguro que Austria ya estaría muerto

— ...

— {hay no, lo mencioné}

— buaaaa, PAPÁ... PORQUÉ TÚ!!!!

España soltó un suspiro resignado, por un momento olvidó lo triste que fue para México perder a su papá Azteca.

Recordaba muy bien cuando acompaño a su padre, el Imperio Español, a las nuevas tierras, precisamente conoció a ese hombre, ligeramente alto, jodidamente atractivo, musculoso, soltero y para su suerte con su pequeña hija que iba en sus hombros jugando con las plumas de su penacho.

Tristemente sabía que con el tiempo ambos Imperios de alejaron de ellas.
Imperio Español se iba a torturar al nativo mientras que ella se quedaba a cuidar a la pequeña, en ese entonces, Nueva España.

Terminaron siendo muy unidas, España le enseño el español, a escribir, a leer, modales y próximamente también a ocultar su dolor.

A tener que contener las lágrimas mientras veía a su padre ser linchado y obligado a trabajos pesados...

Pero todavía más la última vez que lo vió... Su padre se encontraba tan herido y cansado que parecía moribundo, recordaba esa mirada, los ojos de ese guerrero solo podían decir algo: «se fuerte»

Imperio se la llevó a la fuerza, ella trató de escapar pero solo recibió golpes y patadas, a ese Imperio no le importaba que fuera solo una niña.
.
.
.

Luego de una hora y media la mexicana ya se había desahogando y ahora solo comía unas galletas que España le ofreció y el té.

— ... ¿Y cómo te sientes? Ya sabes, aquí entre tantos desconocidos

— bien, supongo, pero fuí capturada por Naz- fue interrumpida

— ¡¡Qué!!

— si, pero no me hizo nada

España tenía su mano en el pecho todavía asustada
— ¿Se enteró que eres mujer?

— ... Si, aunque no fue tan malo, digo tuvimos una pelea y escape, me quedé allá como quien sabe cuánto pero... En todo ese tiempo...— España la miraba atentamente — me sorprendió un poco... Siento que él y Imperio Japonés... No son tan malos

— ¿Qué?

— quiero decir... Ambos tienen sus razones, saben respetar y pelear, son... No sé, diferentes a los que he conocido y-

— son hombres — interpuso la europea — todos son iguales

México se quedó callada.

Tocaron la puerta

— *susurrando* rápido arreglate

La mexicana rápidamente se disfrazo y España abrió la puerta

— diga?

Era China
— ¿México está aquí? Lo llaman en el cuarto de planes

— si está aquí

— no estas en tú casa México, no puedes que estar de cariñoso con tú noviecita

— uhg— se quejó un poco enojada y se dirigió a dónde le dijo al mayor....

Una nueva misión, un nuevo día.
Y misma situación...

— parece que lo más difícil en esta vida es ser lo que soy ... Ya llegará el día en que incluso pueda mostrarme entre mi gente... *suspiro*... Y algún día alguien me aceptará como soy — murmuró para si misma eso último.