Mexicana oculta en sus tierras.
sale a la luz tras él estallido de la segunda guerra mundial.
Infiltrada en ese bélico entorno dominado por los hombres
¿se abrirá paso entre ellos y ellas que tratan de opacarla?
o
¿por primera vez en su vida abrirá...
Solo sabía que su vista borrosa revelaba un ángel con gotas de sangre en su rostro. Y unas lágrimas paseando por sus mejillas.
Con la mano temblorosa quito las lágrimas y parte de la sangre
— Reich!
— ¿Estoy muerto?
— aún no jejeje
— ¿Porqué lloras? Me gusta ver el rostro de la gente sufriendo, pero el tuyo no...
— *snif* y-ya no soy... Exactamente la misma.
— no me importa, aunque hubieses sido un hombre me hubiera dado igual, lo que me importaba era volver a verte
— je... Es... Extraño que diga eso el "temible psicópata que puso el mundo de cabeza"
— no tanto como él hecho de que la que puso de cabeza el mío se haya vuelto en unos simples momentos mi mundo.
— E-eres un tonto.
— y tú muy inteligente
— *tt* da igual... Me ... Alegro de que estés bien
— sé que he perdido... Imperio es el último que queda, una vez que acaben con él todo se irá a la mierda.
— lo sé... Es una lastima, tú e Imperio fueron los mejores enemigos que pude tener
Reich soltó una risa nasal y solo se le quedó viendo
— espero ser... Tu mejor enemigo durante más tiempo
— honestamente me gustaría que tuvieras un mejor lugar...— dijo acomodando su cabello detrás de su oreja
— ¿Dónde estamos?
— en mi hogar
— un gimnasio?
México le dió un ligero golpe en la cabeza que le saco una carcajada al moribundo.
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México se encontraba quieta, sentada en un pequeño asiento, su cabeza ligeramente de perfil con los ojos cerrados y con sus alas completamente extendidas cubriendo su cuerpo.
Mientras un atento europeo con la más inquisitiva mirada del mundo intercambiaba su mirada entre ella y un lienzo mientras sostenía su paleta de pinturas con su zurda y la derecha pintaba.
Para Mex, ese pequeño detalle se le hacía curioso considerando que el contrario escribía con su zurda.
