Capítulo 47

542 43 2
                                    

Fue un momento largo lleno de disculpas, cada uno de los Madrigales involucrados se disculpaban con mi madre y conmigo, de igual forma nosotras pedimos perdón.

Camilo: ⎯ Falto yo... Quise ser el último porque tengo tanto que decir...  ⎯

Me encontraba bastante nerviosa, no sabía cuáles serían las palabras del chico.

Camilo:  ⎯ T/n... Perdóname... Yo nunca te abandonaría,  nunca quise dejarte plantada, nunca quise meterte en problemas, desde en el momento que te vi supe que quería protegerte, eres alguien muy dulce que no merece las cosas malas que les pase... Si pudiera te guardaría en una esfera de cristal irrompible para que nadie más pueda hacerte daño de nuevo...  ⎯

Después de esas palabras, comencé a llorar, la tristeza de su voz fue lo que me rompió, así que corrí hacia él y lo abracé.

T/n:  ⎯ ¡Perdóname!, perdón, perdón, perdón, perdón...  ⎯

El joven de cabello rizado correspondió inmediatamente al abrazo, pero eso no evitaba que su expresión fuera de sorpresa.

Rápidamente preocupado preguntó:

Camilo: ⎯ ¿P-porqué me pides perdón? ⎯

T/n: ⎯ Por no haberte dado la oportunidad de explicarme, por haberme alejado, por haberme molestado sin saber las verdaderas razones... La verdad he estado muy mal desde que no has estado cerca de mí, me he acostumbrado a ti y ahora siento como si te conociera toda la vida... ⎯

Camilo: ⎯ Lo mismo digo, t/n... Siento como si tú y yo estuviéramos destinados a... ⎯

Se acercó a mi oído y susurró:

Camilo: ⎯ Estar juntos... ⎯

El escuchar la suave y baja voz de Camilo extremadamente cerca, provocó un escalofrío en mí al igual que un notorio rubor en mis mejillas.

Sus palabras me hicieron sonreír, solté una pequeña risa y lo abracé con más fuerza, escondiendo mi cabeza en su pecho.

Las lágrimas en mis ojos cesaban, me sentía más alegre ya que todo se había aclarado y Camilo no se encontraba molesto conmigo.

Al separarnos del abrazo, nos miramos a los ojos por unos momentos sonriendo.

Pudo haber pasado algo más si no fuera porque sentíamos las intensas miradas de nuestras familias, cuando ambos miramos a nuestro al rededor se encontraban todos los Madrigal y mi madre rodeándonos en forma de círculo.

Todos ellos nos miraban con ternura y felicidad.

Pude notar que Pepa se encontraba muy alegre de ver que las cosas entre nosotros se habían solucionado, ya que al observarla se encontraba con una mirada alegre, una sonrisa y su mano posada sobre su pecho, al igual que Félix el cuál se encontraba abrazándola y tomando su otra mano.

Después de aquellos acontecimientos, todos nos dirigimos al comedor, nos sentamos y deleitamos nuestros paladares con la rica comida de Julieta.

Camilo Madrigal x Tú "Eres la luz de mi vela mágica"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora