Capítulo 32

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•|16 de abril de 2020, Córdoba, España|•

Cuando entro a mi apartamento, mis tres perritas corren a saludarme, pero yo no puedo centrarme en ellas al ver el montón de cajas que hay por la sala. No entiendo nada, de verdad, ¿por qué tantas cajas? Me acerco a una de ellas y miro su contenido. Contengo la respiración al ver pertenencias de Maya. Yo ya sé el motivo, pero quisiera no hacerle caso a mi deducción.

Maya sale de su habitación, con una caja llena, completamente desbordada de ropa suya, y cuando me ve se para en seco. La alemana parece incómoda, y yo creo que me voy a ahogar si no respiro de una vez.

- Hola, Irene - saluda dejando la caja en el suelo. - Déjame explicártelo...

- Te vas - murmuro mirando a mi alrededor.

- Sí, pero todo tiene...

- No importa - la interrumpo. - Es tu vida, y si vas a irte ya no me interesa.

- No digas eso, por favor - me ruega mirándome con ojos tristes. - Me han quitado la beca, Irene. No tengo dinero para poder permitirme seguir aquí, por eso tengo que regresar a alemania.

- ¿Y ahora dirás "No es por ti, es por mí"?

- Es que es exactamente eso. Lo que pasó entre tú y yo ya no tiene importancia. Y no te hagas la víctima, porque ni te imaginas lo difícil que es para mí dejar esto...

Sigue hablando, pero yo no escucho. Segunda persona consecutiva que me dice eso de no hacerme la víctima. Tal vez el fallo sí está en mí. Entiendo que tenga que irse, pero no me gusta la idea de que ella se vaya a Alemania y me deje sola, sobretodo cuando hoy inicia el confinamiento. Se acerca una crisis enorme y ella se va y me deja con tres perros y un alquiler que pagar, ahora el doble.

- Lo entiendo - murmuro mirando al suelo. - Espero que te vaya bien en tu casa - medio sonrío, agarro mi maleta y me encierro en mi habitación, yo sola.

Menuda mierda de vida que estoy volviendo a tener. Tal vez no debería haberme ido a Australia. Cada vez veo más errática esa decisión. Maya se va a ir y yo no estaba aquí para evitarlo. Y además ahora solo soy la amiga de Lando. Solo su amiga. Realmente eso fue desesperado. Pero yo esperaba convencerle, así que no formaba parte de mi plan que se negase en rotundo.

Puede parecer que quiero manipularlo o algo así, pero simplemente estoy buscando la forma en que me deje demostrarle que he cambiado y que puede confiar en mí. Tal vez no sea la mejor forma, pero es la única que veo factible.

Me dejo caer en la cama, agotada física y mentalmente, y me maldigo a mí misma por recaer en el círculo vicioso que es querer a Lando. Porque eso es, un círculo vicioso entre amor y dolor.

He pasado de tener mi vida completamente controlada a volver a sentirme frustrada por no controlar ni entender nada. Siempre he detestado el desconocimiento, me gusta saber y entender todo, y cuando no lo consigo es sencillamente horrible.

Supongo que por mucho que mejore yo emocionalmente, por mucha terapia que haga y por mucho que avance, sigo siendo yo. Sigo siendo el desastre de siempre, solo que un poco más ordenado.

Debo encontrar el orden dentro de mi desorden. Eso dice Miguel siempre. Y probablemente esa sea mi única opción para poder sobrevivir. El verdadero problema es que por una vez quiero vivir, no sobrevivir.

•|1 de abril de 2020, Córdoba, España|•

Sonrío al ver de nuevo el mensaje que Lando me ha escrito, pidiéndome que me una a su streaming. Me acomodo los cascos y coloco bien la cámara para finalmente estar preparada para meterme en el stream. Pero la imagen que veo me sorprende, haciéndome reír.

¡Buenos Días, Princesa! #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora