•|15 de marzo de 2019, Melbourne, Australia|•
¡Estoy en Australia! El país de los canguros y de Dan. Estoy bastante animada. Todo pinta bien, la verdad. Hoy han sido los entrenamientos, y ha estado bien, pero lo que realmente quiero es que sea ya la clasificación. Me hace tantísima ilusión... Además, se nota la felicidad en las caras de todos los pilotos. La emoción de un Grand Prix, la alegría de volver a subir al fórmula uno.
¿Y yo? Como buenísima fan que soy estoy radiante de alegría. Estoy deseando que comiencen las carreras, en serio amo este deporte. Creo si no hubiese decidido estudiar habría seguido los pasos de mi hermano y mi padre, porque realmente se me da bien y me gusta... Pero decidí abrirme paso a un mundo completamente distinto, en el que no tengo que ser mejor o peor que ellos. Donde si destaco es por ser yo. Aparte, con mi estabilidad emocional y mi poco autocontrol sería una piloto pésima y probablemente agresiva y descuidada.
La cena de hoy es especialmente divertida. Todos ríen, bromean y juegan. Yo no he podido dejar de sonreír. Y solo con mirar a los hombres que me rodean me siento afortunada.
- Pitufa gruñona, ¡cógelo! - Me grita Max al tiempo que me lanza el teléfono de Alex. Lo atrapo al vuelo y sonrío.
- ¡Dámelo! - Me chilla Alex corriendo hacia mí.
- Corre por tu vida - me susurra Charles.
Yo me río y huyo de Alex. Rodeamos la mesa al menos 7 veces mientras todos se ríen por los insultos que nos soltamos.
- ¡¿Cómo puedes correr tan rápido, enana asquerosa?! - Exclama Alex jadeando, pero cada vez más cerca de mí.
Irene, piensa rápido.
- ¡Hermanito, ahí te va! - Grito en español lanzándole el teléfono a mi hermano. Él lo atrapa pero casi se le cae.
- Lo llegas a tirar y me compráis uno nuevo - me dice Alex. Yo me río.
Entonces mi hermano le devuelve a Albon lo que es suyo y todos le abucheamos.
- Traidor - le digo mientras vuelvo a sentarme en mi sitio.
- Sois muy malos con él - se queja. - Pobrecito, ¿no?
- Nah - replico yo. Lando, a mi lado, ríe.
¿Que cómo me ha ido con Lando? Bien. Mejor que bien. Desde que hablamos en mi despacho el otro día, las cosas han ido mejor que nunca. Hemos salido varias veces a comer juntos pero nada más. Nos lo estamos tomando con muchísima calma, andando con pies de plomo y sin demasiado contacto físico. Hay que tener cuidado. No nos hemos vuelto a besar y ni siquiera nos damos la mano. Solo son conversaciones entretenidas y sin importancia... Realmente es como si fuésemos amigos pero que se gustan. Lo sé, suena estúpido. Y de veras que me gusta este chico. Es tan... Perfecto. No le encuentro ni un fallo. Es un poco inmaduro, eso sí, pero a mí me gusta así. Ahora mismo me está mirando como si fuese lo más bonito del mundo, y yo lo miro a él de igual forma. El que no se haya dado cuenta es ciego.
Entonces alguien me saca de mi ensimismamiento. Es Danielito, que me está llamando. Acudo a su llamada en seguida y me pongo a su lado.
- ¿Qué pasa, Dani? - Pregunto. Entonces me mira sonriendo.
- ¿A que mañana vas a alentarme para que me clasifique bien? - Pregunta.
- Te alentaré a ti y a la mitad de los pilotos, Dan - respondo riendo. - Me tenéis todos a vuestra disposición - bromeo.
- Pero estamos en mi país - hace puchero y yo beso su mejilla.
- No le digas a nadie, pero en el fondo apuesto al cien por cien por ti - le guiño un ojo y él asiente fingiendo seriedad.
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¡Buenos Días, Princesa! #1
FanfictionPaís nuevo, trabajo nuevo, casa nueva... Irme a Inglaterra para trabajar en McLaren con mi hermano fue la peor y al mismo tiempo la mejor decisión que pude haber tomado en mi vida. Si tienes un rato, te cuento mi historia... Bueno, mejor dicho, nues...