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Al salir, caminé durante unos minutos, pero no la encontraba, lo único en lo que podía pensar era en que esté bien...

Juro estar a punto de llorar, hasta que ví huellas en la tierra, estaba segura de que eran de Nathalie, las seguí caminando bastante rápido para encontrarla.

Y la ví. Estaba dirigiendome hacia ella, por fin, no le había pasado nada.

Quise correr pero pisé mal y me doblé el pie, ocasionando que me cayera.

Por suerte no me había herido, o al menos eso creía.

Hasta que intenté levantarme y me dí cuenta de que un trozo de vidrio, probablemente de alguna botella, estaba incrustado en mi estómago. Por el susto, solté mis manos del suelo cayendo otra vez, haciendo que el vidrio se hundiera aún más.

──Agh.── me quejé del dolor.

Nathalie volteó a verme, dándose cuenta de mi presencia.

Pero ahí me di cuenta de que no estaba asustada de verme a mí, si no, de que había hecho ruido... Mierda

Me levanté del suelo, y sin importar la molestia que sentía en el pie o el gran ardor y dolor en mi estómago, comencé a correr hacia ella, la tomé de la mano y ambas corrimos sin tener un punto fijo.

Escuchamos como el extraterrestre se acercaba, pero vimos algo parecido a un pueblo pequeño, así que entramos y nos refugiamos allí, hasta que el extraterrestre se vaya al no escuchar ruido.

Cuando confirmamos que se había ido, pudimos respirar tranquilas.

Miré el vidrio en mi estómago, dolía y ardía mucho.

──Debemos buscar algo para curarte..

──De acuerdo.──

Asentí y salimos del lugar, caminamos durante pocos minutos, pero dejé de caminar, provocando que Nath me mirara confusa.

Señalé una tienda, pero no era una tienda cualquiera, era una que podría salvarnos la vida. Habían cargadores de celulares, audífonos, fundas de celulares, pero lo más importante, habían muchas radios.

──Estás herida.

──Esto es más importante, ven.──

Entramos a la tienda y sin hacer ruido, buscamos alguna bolsa o algo para poder cargar varias de ellas.

Encontré un canasto y comenzamos a cargar varias radios, si Regan lograba llegar a la torre de radio de la isla, las radios servirían mucho.

Luego de eso seguimos caminando en busca de algo para curar mi herida, encontramos una farmacia, que no tenía mucho pero si lo suficiente como para curar mi herida.

Un Lugar En Silencio [Marcus Abbott]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora