Había sido descubierto, correr y esconderse no había causado ninguno efecto, el pasado y el posible futuro lo estaban atacando al mismo tiempo, no sabía nada acerca del amor y el despiadado mundo parecía seguir manejando a Scott McCall a su antojo
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Redención: s. f. Acción y efecto de redimir o redimirse.
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La prueba de que la vida me había dado el más cruel de los tratos llegó cuando sentí que lo había perdido todo, mi todo, Scott McCall y habían pasado miles de cosas por mi mente y una de ellas fue que estaba haciendo todo mal, no sabía siquiera como actuar después de eso. Oír las palabras salir de la boca de Scott con un odio tan genuino me hizo recapacitar acerca de todo en mi vida hasta se momento y me sentí tan culpable de haber corrompido el alma tan inocente y dulce de alguien, había acabado con la tranquilidad de Scott McCall y jamás iba a perdonarmelo.
También estaba Chris Argent, una arma de doble filo y ahora me asusta pensar que algo como eso siempre me atrajo, imponente pero atento, detallista, un observador lo cual lo convertía en un manipulador de primera al momento de conseguir algo, si Chris Argent deseaba la destrucción del mundo la obtendría fácilmente solo con pestañear y guiñar un ojo, amaba el caos y yo lamentablemente tenía una fijación por la destrucción. Chris era como un depredador que tenía en claro cual quería que fuese su presa y yo lo fui por muchos años y cuando finalmente descubrí que no quería la vida de fiestas y sexo con desconocidos fue muy tarde para separarme de sus fauces, ¿alguna vez estuve enamorado?
— Hola tío, ¿cómo estás? — saludó mi ojiverde sobrino al momento de abrir la puerta.
— He estado mejor — respondí con mis claras intenciones de entrar al apartamento — ¿Qué sucede? — pregunté al ser detenido por las manos de Derek.
— Peter, sabes que amamos tus visitas sorpresa pero creo que… — detuve sus palabras.
— Espera un segundo — dije analizándolo y entrando al apartamento de una vez por todas — Sin camiseta, sudor, pantalones de deporte y… ¿vino después de las siete de la noche?
— Yo amm… a veces me gusta beber un poco, es viernes.
— ¿Dónde está Cora? — pregunté revisando el resto del lugar.
— Se está quedando en casa de una amiga.
— Entonces eso significa que estás solo — traté de dejar en claro.
— Sip — respondió Derek nervioso.
— ¡Y aquí estás! — exclamé abriendo la puerta de la cocina — Hola Jennifer.
— Hola Peter — respondió la joven castaña arrogante.
— ¿Quieres explicarme, Derek? — pedí.
— Yo…
Las palabras de Derek se vieron interrumpidas por un ruido que provenía de la sala así que caminé hasta allí pendiente de todos los detalles, Derek era un sujeto muy tranquilo, de hecho me sorprendió mucho que trajera a Jennifer a casa ya que a Cora no le agrada y no ha tenido la mejor de las suertes con las chicas. Cuando llegué a la sala y abrí la puerta del armario para los abrigos de donde claramente escuché que provenía el ruido, me encontré con una hermosa joven que creí reconocer, de cabello negro y piel morena en el mismo estado que Jennifer en la cocina, en ropa interior.
