Adiós Alfa - KookV (Omegaverse)

Capitulo 2

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Desde que nací, hace diecisiete años, siempre había creído y debo decir que ni siquiera dudaba; de hecho, de que yo no fuera otra cosa más que un alfa, pero para mi desgracia, no era así y todo esto se estaba tornando realmente nuevo y estresante para mi.

¿Me encantaba? para nada.

¿Lo disfrutaba? eso era un rotundo NO.

Comenzando por el famoso celo, que en el caso de los omegas era cada tres puñeteros meses. ¡TRES!

¿Qué clase de castigo divino era este? porque si lo era...

Lo odiaba con todo mi ser.

En mi ignorancia, siempre había creído que los periodos de "calor" como mi madre los llamaba, eran una seguidilla de reiteradas fiebres que te obligaba a mantenerte en cama por un par de días, pero otra vez me equivocaba.

<<Así que al fin te diste cuenta ¿eh?>> 

Me dijo mi queridísima madre con una sonrisa burlona en su rostro.
Ella siempre lo supo, por supuesto y lo había confirmado con el dichoso examen años atrás y tan solo había esperado pacientemente a que esto ocurriese, para reírse de mi. 

¿Quieres conocer la maldad? ¿la maldad reencarnada en un alfa? entonces deberías conocer a mi madre.

— Taehyung — menciono sacando de su cartera una pequeña bolsa de papel — Hablando de eso, te traje "medicina para la fiebre" — continuo burlándose de mi — toma tus supresores, amor, esto te hará bien.

¿En verdad me harían bien?

Si eso era cierto, entonces porque ahora me encontraba encerrado en el baño de la casa de Jungkook, con el cuerpo ardiendo y tembloroso, aguantando los dolorosos calambres, mientras sentía que me estaba muriendo lentamente, resistiéndome a caer en aquella tentación que no quería aceptar. Esas ganas imperiosas de querer introducir mis dedos en el ano, con el anhelo desesperado de calmar de alguna manera esta sensación, que solo crecía más y más.

— ¡Aah! — solté un leve gemido. 

— ¡Tae-hyung! — la voz de Jungkook se escucho junto al golpeteo de la puerta — ¿está bien?

"¿Por qué? ...incluso cuando me tome los supresores..."

— ¡Hyung! — golpeo otra vez.

"¿Por qué? ¿por qué esto no se pasa?" 

Mientras mordía mis labios intentando aguantar mis quejidos.

Estaba en celo otra vez.

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— ¡Necesito más de esos supresores! — exigí frente a mi médico, irrumpiendo en su oficina sin cuidado, cruzando mis brazos.

— ¡Oh! miren a quien tenemos aquí tan repentinamente — hablo el hombre con delantal blanco, sin siquiera mirarme aún.

Tras unos segundos después, giro su silla lentamente para enfocar su vista en mi, con una sonrisa burlesca. 

Su nombre es Min Yoongi, quien era el bienaventurado hermano menor de mi madre.

 Mi tío.

— No puedo hacer eso Tae, lo siento — su clásica sonrisa de superioridad apareció en el rostro — de hecho, le di a mi amada hermana la dosis indicada para ti.

— ¿Estás jodiéndome? 

Quizás fue la manera en la que lo pregunte o que estaba entrando en pánico, pero Yoongi volteo su rostro hacia mi alzando una ceja.