1.

215 34 30
                                    

—¡Bin, no te olvides de traer las manzanas! —exclamó Sua mientras vertía los ingredientes en el tazón de madera y comenzaba a removerlos.

Bin, quien se encontraba en el exterior, con su típico traje de campesino, rodó los ojos al oír la voz chillona de su hermana mientras araba la tierra. El sol de la tarde pintaba de tonos dorados los campos, y el suelo húmedo bajo sus pies desnudos recordaba la frescura de la mañana recién pasada.

—Grita como si mandara aquí. —bufó molesto mientras dejaba la pala a un lado y se acercaba a la gran cesta de manzanas que yacía junto a un árbol cercano.

Desde pequeños ambos se habían criado en una familia de campesinos, los Moon, dedicados especialmente al cultivo de manzanos y a la venta de postres preparados con estos. La vida en el campo los había moldeado, enseñándoles el valor del trabajo duro y la conexión con la tierra que los sostenía.

Al ser del campo, así que siempre estuvieron alejados de lo que era la ciudad y la tecnología. Sin embargo, Sua era algo ambiciosa, y desde pequeña quiso más. Eso le llevó a estudios superiores en la universidad gracias a una beca que consiguió por su propio esfuerzo.

Su familia se alegró por ella y la felicitó, haciéndole una gran fiesta en donde invitaron a todo el vecindario, pues allí todos eran como una familia.

Bin, por su parte, no tuvo estudios superiores. Él decidió por su cuenta dedicarse al trabajo familiar, pero por azares del destino su padre enfermó, así que toda su familia tuvo que viajar a la ciudad para su tratamiento.

Quién pensaría que allí terminarían enamorándose de las maravillas que esta traería. Parques temáticos, restaurantes, lugares turísticos y festivales. La familia quedó encantada, y poco a poco se fueron mudando uno a uno, familia por familia. Sus tíos, abuelos e incluso primos.

Poco a poco se fue quedando solo en aquella gran casa de madera algo rústica, incluso ahora, su hermana solo estaba de visita pues era el bicentenario de la fundación del pueblo.

Su familia no pudo asistir pues era un día importante para el tratamiento de su padre y prefirieron pasarlo junto a él.

Pero Bin sabía que era mentira, estaba al tanto por su hermana de que ese día era, aparte de la cirugía de su padre, era el inicio de un carnaval del cuál desconocía.

Era evidente que los valores de esa familia se desvanecían con la misma rapidez con la que una hoja cae de un árbol en otoño.

Tampoco es que pudiera hacer algo para cambiarlo. Era su decisión.

Sua no estaba tan preocupada como el resto, pues ella estaba estudiando medicina y sabía los procedimientos que necesitaba su padre. No eran tan riesgosos y últimamente ha habido una gran mejora en él. Su familia solo estaba exagerando, podrían llegar a ser muy dramáticos después de todo.

—¿Cómo están los pies de manzana? —preguntó Sua horas después ingresando a la cocina—. Uy, huelen deliciosos.

—Por supuesto que lo hacen —afirmó Bin mientras retiraba las charolas del horno—. Los hice yo, ¿por qué no habrían de estar bien? —añadió con evidente soberbia.

—Oh, claro, claro. Mi hermanito es un gran horneador de pies de manzana —ironizó, dando palmaditas en el hombro de Bin desde atrás.

Bin se giró para regañarla, pues casi se le caen las charolas, pero se contuvo al verla con el cabello mojado y un encantador vestido amarillo pastel con estampado floral.

—Pareces la abuela —comentó con una ceja alzada, mientras ella daba una vuelta, presumiendo su atuendo.

—¡Oye! Me tomé horas eligiendo el vestido para la ocasión como para que me humilles así —exclamó, visiblemente molesta. Bin solo rio mientras dejaba las cosas en la mesa—. ¿Son suficientes? Las bebidas ya están preparadas. Espero que esta vez los niños no las tiren apenas las coloque en la mesa —recordó con molestia el incidente del año pasado en una junta vecinal.

Circus || BinwooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora