Everyting black ; Choi Mujin

1 ; Nuevos comienzos

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"Vamos será divertido, será solo por esta noche, después podemos seguir estudiando no te preocupes tanto"

"Estas segura de ir a ese lugar? La verdad es que no tiene muy buena fama, no lo sé"

"Podrías dejar de sobrepensar todo? Nunca puedes confiar en nada?"

"En realidad creo que tienes un poco de razón..."

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"Hana tu no estuviste con Eunji anoche? Porque nunca volvió a casa? Esta contigo?"

"Yo... no... pensé que se había ido con ese hombre que conoció"

"Que hombre? Como vas a dejarla con un chico? A donde está?"

"Yo no sé nada señora, si... tiene razón cómo no lo vi venir, lo siento mucho

"Iré inmediatamente a la policía, a donde esta mi hija dios mio"

"Señora, no quiero mentirle... anoche salimos al antro...

"No, no, no, dime porfavor que no es-"

"Sí, es el que está... en la costa"

"Porque? Porque? Qué haré dios mío a donde esta mi hija..."

"Pero ella me dijo que lo conocía a ese hombre, era alto y parecía un hombre mayor"

"El, el la vendió"

"Quien?"

"Su padrastro. Mi ex esposo, él quería venderla a una mafia así podríamos comprar nos nuestra casa propia, pero desde esa pelea nunca lo volví a ver. Él está ahí ahora con ellos. Él me va a matar."

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El infierno comenzó una noche de viernes, Eunji tan solo tenía 24 años cuando sufrió un secuestro, sí, a Eunji la secuestró y vendió su padre mejor dicho padrastro ya que no era su padre biológico. Increíble no? En medio de sus estudios, en la recta final de cumplir sus sueños. Soñaba todas las noches con ser una fiscal reconocida y trabajar en un despacho que también lo sea.

Además todos los días se preguntaba, realmente que había hecho para merecer todo esto? Qué tan mala había sido? Que había hecho en su anterior vida?.

Lo que más la rompía y quebraba en mil pedazos, era ver a chicas, todas las noches, ser secuestradas como le sucedió a ella y ser vendidas, como le sucedió a ella. No podía creer, el modo en que se encariñaba y entablaba amistades y relaciones con demás chicas que sufrían lo mismo... y al día siguiente amanecían muertas, desangradas de tanto sufrimiento o que no volvía a verlas porque habían sido vendidas.

Así vivió el resto de su vida, encadenada, violada, golpeada y siendo insultada todos los días de su miserable vida, o al menos, hasta que él apareció.

Luego de dos años, llegó imponente y dejando atónitos a todo aquel presente. Acomodando su traje y corbata pidiéndole a todos que le traigan a su "líder". Entre abucheos y demás, llegó aquel que se hacía llamar dueño de todo, hasta de la vida de Eunji.

— No esperaba que me recibas de esta forma... al menos no soy un pandillero como tú, algo... sin estilo además, no? —dio una sonrisa de lado y procedió a tomar asiento en un sillón.

— No esperaba tu visita, jefe... Te gusta beber? —Las palabras que salían de su boca, sonaban cada vez más temblorosas.

— No me gusta beber en medio de negocios, no crees que es de mala educación? O no, no tienes educación, lo siento —Dio una risa falsa mientras observaba cada movimiento que daba la persona que tenía enfrente.